¿Se ha inventado todo en el mundo de la gastronomía? No, aún no. Todavía podemos ser más ingeniosos y creer que existen mezclas de comida que son posibles. Este es un ejemplo en toda regla: un festival de Vancouver (Canadá) ofrecía botellas de agua fría con un perrito caliente en su interior por un precio de 32 euros el litro. Sí, habéis leído bien, es agua con una salchicha dentro. Pero, ¿qué tiene de especial?

Según su creador, Douglas Bevans, “hemos creado una receta en la que mucha gente ha puesto un gran esfuerzo, con apoyo en la ciencia, para lograr la mejor versión del agua embotellada de perrito caliente”. Las botellas destacan que son una fuente importante de electrolitos, una fuente rica en socio y sin gluten: “la proteína que tienen ayuda a tu cuerpo a recuperar el agua, el sodio y todo aquello que se pierde tras una sesión de entrenamiento”, apunta Bevans.

Por si fuera poco, el producto promete ayudarte a perder peso, mejorar tu actividad cerebral y parecer mucho más joven. Y ¿quién está detrás de esta venta? Un científico vestido en un buzo de perrito caliente. Algo no cuadra… Y menos mal que así es, porque se trata de una acción artística con la que Bevans espera mostrar que existen otros tantos “personajes” por la vida que pretenden vender agua a precios desorbitados, con propiedades milagrosas, cuando simplemente se trata de agua, H2O puro y duro.

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La gracia es que a pesar de que muchos vieron el punto de vista que planteaba, otros simplemente se creyeron lo que vendía y todos los beneficios que prometía en el cuerpo. De hecho, incluso llegaron a vender 60 botellas y nadie reclamó.

No fue el único objeto que vendía, también ofrecía a los transeúntes bálsamo labial, spray bucal y desodorante con el mismo sabor.

¿Habrías caído en el engaño?

Fuente: Triblive

Alberto Pascual García