Son muchos los factores y elementos que influyen en el hecho de dormir bien o tener problemas para conciliar el suelo. Y, ahora, un nuevo estudio realizado por la Universidad de Mánchester ha descubierto uno más: el cian, una de las variedades del color celeste.
Los investigadores realizaron un experimento con voluntarios a los que expusieron a este color antes de dormir, y comprobaron que cuando más intensa era la presencia del celeste, más les costaba conciliar el sueño. Y, al revés, conforme disminuía su intensidad, más fácil les era dormirse.
También midieron los niveles de melatonina, la hormona del sueño en su saliva, y descubrieron que eran menores cuanto mayor era su exposición a dicho color. Y lo más sorprendente de todo fue comprobar que ese efecto se producía incluso cuando el color no era apreciable a simple vista.
Fuente: BBC.
Vicente Fernández López