Probablemente, a lo largo de su carrera científica, Darwin tuvo que diseccionar muchos animales para sus investigaciones. Pero lo hizo por el bien de la ciencia, y porque era el único método para realizar sus estudios. Y, además, esas prácticas no le convirtieron en un ser insensible al sufrimiento animal. Al contrario. Unas recientes cartas suyas que han sido subastadas en Londres, revelan que el padre de la Teoría de la Evolución de las Especies, fue también un pionero en la lucha contra el maltrato animal.

En los documentos subastados se descubre que Darwin y su esposa Emma lideraron una campaña social contra el uso de cepos metálicos. En su época, los granjeros británicos usaban dichas trampas para controlar a las alimañas. Pero accidentalmente muchos perros quedaban atrapados en ellos y acababan mutilados, o sufrían una dolorosa agonía antes de morir.

Darwin y Emma, que también comprendían la necesidad de los granjeros de mantener a raya a las alimañas, lograron convencer al Royal Horticultural Gardens, de que organizara un certamen para que los inventores presentaran nuevos modelos de trampas que no fueran tan dañinas ni letales.

Fuente: Telegraph.

Vicente Fernández López