La policía de la isla indonesia de Célebes ha conseguido liberar a una mujer de 28 años que vivía encerrada en una cueva desde que tenía 13. Su captor es un anciano de 83 años llamado Jago, que raptó a la joven cuando apenas era una adolescente y le lavó el cerebro diciéndole que lo hacía porque estaba poseído por un espíritu maligno (un jin) al que se refería como Amrin, y que parecía “querer casarse con ella”. Durante todos estos años, el hombre ha declarado que la llevaba a su casa para abusar sexualmente de ella. De hecho, en alguna ocasión esta quedó embarazada y se vio obligada a abortar por presión del anciano.

[image id=»97836″ data-caption=»Imagen del detenido de 83 años. Credit: Policía de Yakarta.» share=»true» expand=»true» size=»S»]

Quienes llegaron a tratar con él en alguna ocasión apuntan que era conocido por ser un curandero y practicar la magia negra. Fue esta la razón por la que la familia de esta joven decidió acudir a él en 2003 para que tratara una enfermedad de la pequeña. Nadie sospechó en ese momento que cuando la joven desapareció a las pocas semanas, el chamán pudiera tener algo que ver. De hecho, llegó a convencerles de que la joven había huido a Yakarta en búsqueda de trabajo y que enviaba dinero y comida, la cual recibían sus padres. A pesar de que sus padres trataron de dar con ella durante años, la joven fue dada por desaparecida hasta ahora.

Pero, ¿cómo la han encontrado? La historia tiene un giro inesperado

[image id=»97835″ data-caption=»Hueco en el que encontraron a la joven. Credit: Policía de Yakarta. » share=»true» expand=»true» size=»S»]

El asunto llegó a la policía debido a que un vecino escuchó sin querer una discusión sobre este secuestro entre el hijo del chamán y su esposa, que casualmente es la hermana mayor de la cautiva, la cual guardaba el secreto en silencio por su matrimonio con el hijo de Jago. Por ello, lo denunció a la Policía que encontró a la mujer en una estrecha cueva de apenas 1.50 metros cuadrados, escondida entre varias rocas. Y, ¿por qué nunca intentó escaparse? Al parecer, temía las palabras del anciano y de verdad creía que había un espíritu maligno cuidando la cueva.

El hombre se enfrenta a una pena de 15 años de cárcel, pero su hijo y la hermana mayor de la joven retenida también se enfrentan a una investigación que podría declararles culpables por encubrimiento.

Fuente: Jakarta Post

Alberto Pascual García