La cara interna de la cucharilla es un espejo cóncavo. Lo que significa que los rayos de luz que proceden de nuestra frente rebotan en la punta, pero salen reflejados hacia abajo.

Y los que proceden de la barbilla van a parar a la parte más cercana al mango, pero envían la luz hacia arriba. Por tanto, nuestro ojo recibe la luz que viene de arriba en la parte de abajo, y viceversa, de modo que la imagen resulta invertida.

Eso es porque miramos desde un punto en el que los rayos de arriba y abajo ya se han cruzado.

Pero si nos acercamos mucho, esto aún no ha ocurrido y nos vemos al derecho.

Redacción QUO