Tenía los derechos de reproducción, o sea, que cobraba cada vez que la canción se emitía, se tocaba o se grababa. En 1967, The Beatles quisieron comprar Northern Songs (del grupo ATV), editora de su música, pero solo se hicieron con un 40%. Paul McCartney y Yoko Ono lo intentaron de nuevo, sin éxito, en 1981; su oferta fue demasiado baja.

Se dice que eran la principal fuente de ingresos del músico fallecido en junio.

Enviada por Juan Pedro Ferrándiz, Madrid

Redacción QUO