Nombre: José A. Rodríguez Vega
Período sangriento: 1987-1991
Categoría: Asesino organizado
Actuaba: En Santander
Crímenes probados: 16

Antecedentes: El violador ¿arrepentido?
Antes de iniciar su trayectoria como asesino, en 1978 violó a siete mujeres. Pero enviándoles cartas desde la cárcel logró que todas salvo una le perdonaran y retiraran los cargos.

Final: Murió en prisión en 2002, apuñalado por otros reclusos.

Un hombre afable

Tras pasar cinco años en prisión por sus delitos de violación, se casó y empezó a trabajar de albañil. Se convirtió en un hombre muy apreciado en su comunidad.

El monstruo oculto

Pero Antonio llevaba una doble y sórdida vida que nadie podía sospechar. El albañil empezó a acechar a ancianas solitarias. estudiando sus hábitos, para robarles.

La estratagema

Penetraba en las casas de sus desvalidas y confiadas víctimas fingiendo que iba a hacer reparaciones de albañilería.

Qué sencillo es matar

Asfixiaba a las ancianas con un pañuelo,muertes que debido a la debilidad de las mujeres no le requerían ejercer una violencia excesiva.

un asesino delicado

Luego, metía los cuerpos sin vida en sus camas y los arropaba. La policía creía que habían fallecido por causas naturales.

La bestia se desata

Pero el asesino se fue volviendo cada vez más violento, y a sus últimas víctimas las mató salvajemente a golpes, e incluso las violó después de muertas.

Al volverse más violento, el asesino se hizo también más descuidado. Tras su último crimen, se dejó en casa de la víctima su tarjeta de visita como fontanero. Fue así como pudo ser detenido.

La guarida del coleccionista

Además de un asesino, José Antonio era un fetichista que atesoraba objetos robados a sus víctimas: muñecas, rosarios… En su casa, la policía encontró una estancia pintada de rojo y tapiada, que el criminal había convertido en una especie de santuario de sus macabros actos.