SER HUMANO

10 falsos documentales

Joaquín Phoenix la armó en su día en la Mostra de Venecia con la presentación de un «documental» tituladoI am still here. Dirigido por su cuñado Cassey Affleck, en él se muestra un supuesto año en la vida de Joaquín. Un añito de lo más sórdido, ya que vemos al actor esnifando cocaína, gordo como un ceporro, contratando los servicios de prostitutas, peleándose en los bares… Vamos, una joya, el chico.

Lo que ocurre es que en Venecia nadie se lo creyó, y existe desde entonces la sospecha fundada de que se trata de un montaje, de un falso documental, un género que cada vez está más de moda.

Lo sea o no, aquí vamos a repasar los diez falsos documentales más famosos de todos los tiempos. Algunos pasaron como auténticos en su momento y otros, eran tan burdos, que no colaron ni a tiros.

Toda la verdad sobre el Polo Norte (1909)

Desconfíen de quienes alardean de sinceridad, como el autor de esta cinta, cuyo título comienza con la expresión «Toda la verdad…» Se trata del primer falso documental célebre de la historia y también de uno de los intentos de fraude científico más lamentables que se conocen. ¿Su responsable? Frederick Cook, un médico estadounidense que en 1891 participó en una fallida expedició al Ártico comandanda por Robert Peary. Pero en 1902, sorprendió a propios y extraños al anunciar que había coronado con éxito dicha hazaña, justo un año antes de que Peary lo lograra realmente. Hay que decir que la noticia produjo cierto escepticismo, pero Cook presentó como prueba de su heroicidad una película corta que había filmado durante su estancia en el Polo Norte. Y entonces el escepticismo se troncó en carcajadas. La breve película muestra al explorador en un entorno nevado, con varios perros y algunos compañeros de aventuras. Se supone que están descansando en su campamento ártico. Pero la imagen es más falsa que un billete de dos euros. En aquellos tiempos no existían métodos como los actuales para desmontar la supuesta veracidad de una filmación (como ha ocurrido, por ejemplo, con aquella delirante autopsia de un extraterrestre), pero quienes vieron la película de Cook se dieron cuenta de que aquello era un burdo montaje por hechos tan simples como que los exploradores no mostraban síntomas de agotamiento ni cansancio y sus rostros no estaban curtidos por el sol y los vientos polares. En realidad la película se había rodado en una sierra nevada no demasiado alejada de Nueva York. Pero Cook no escarmentó y en 1903 se inventó otro montaje, afirmando que había sido el primero en escalar el monte McKinley en Alaska. Como prueba adujo una foto que también se demostró que era falsa.

La cosecha suiza de espaguetis (1957)

En 1957, un programa de la BBC titulado Panorama, emitió un reportaje sobre ¡una plantación de espaguetis en Suiza! El espacio mostraba las imágenes de una familia recogiendo hilos de pasta de los árboles, mientras el presentador Richard Dembley, comentaba: “La cosecha de espagueti aquí en Suiza, no tiene nada que ver con la que se realiza a gran escala en Italia. Muchos de ustedes habrán visto fotos de las vastas plantaciones de espagueti en el Valle del Po. Para los suizos, por el contrario, tiende a ser un asunto más familiar”. La narración continuaba con delcaraciones tan delirantes como: “Otra razón por la que este año podría ser extraordinario está relacionada con la desaparición del gorgojo del espagueti, la diminuta criatura cuyas tropelías han causado tantas preocupaciones en el pasado”. Para rizar el rizo, en el estudio había un colaborador que preguntó, ¿por qué, si los espaguetis crecen en los árboles, siempre tienen una longitud determinada? La respuesta de Dimbley fue realmente alucinante: “este es el resultado de muchos años del paciente esfuerzo de los cosechadores del pasado, quienes lograron producir el espagueti perfecto”. Por supuesto, la emisión era una tomadura de pelo, pero poco después de que finalizara el programa, se comenzaron a recibir cientos de llamadas de televidentes desconcertados. Querían saber si realmente los espaguetis crecían en los árboles. Otros preguntaban como podrían plantar su propio árbol. Desde la emisora les decíanque debían “colocar una ramita de espagueti en una lata de salsa de tomate, y esperar lo mejor”. La verdad del montaje no se hizo pública hasta el día siguiente, y Richard Dimbley confesó que la idea se le había ocurrido al acordarse de un profesor que una vez, siendo niño, le dijo: «Eres tan tonto que hasta te creerías que los espaguetis crecen en los árboles».

101 actos de amor (1971)

Aunque la legalización del cine pornográfico estaba a punto de producirse en Estados Unidos, al comienzo de la década de 1970 la única manera no delictiva de estrenar un filme de contenido erótico era camuflándolo bajo la apariencia de un falso documental. Se rodaron entre 1960 y 1973 docenas de presuntas «cintas sexualmente educativas», pero probablemente, la que aquí reseñamos sea la más burda, torpe y chiripitiflautica de todas. Dirigida por un fulano llamado Eric Jeffrey Haims, la cinta nos conduce a la consulta de una supuesta sexóloga, la doctora Ann Foster. En realidad la presunta terapeuta era una aspirante a actriz llamada Linda Ginness. Detalle insignificante que no impide que la supuesta doctora Foster nos presente a tres de sus pacientes, todas ellas mujeres sexualmente insatisfechas. Y así, combinando la charla paracientífica, con las entrevistas entre la «terapeuta» y sus pacientes, la película aprovecha para meter los inevitables insertos eróticos, que eran lo que realmente importaba. Argumentalmente se justifica, diciendo que las pacientes han dado permiso para que la doctora y su equipo las graben en la intimidad de sus dormitorios. La cosa podría tener hasta gracia… pero lo que es capacidad de excitación, ninguna. Jamás en un filme erótico o pornográfico se vio actores tan lamentables como los de esta cinta. Además el presupuesto y la realización son tan pobres y torpes que todo adquiere un aire de cutrez salchichera. Fuente de información. texto de Marco González Ambriz Por cierto, el consejo científico más serio que da la supuesta doctora Foster da a sus pacientes es «que enciendan la luz», para así excitarse mejor.

Fraude (1973)

Orson Welles se hizo mundialmente famoso en 1939 con su fraudulenta retransmisión radiofónica de La guerra de los mundos, narrándola como si fuera un programa informativo para tratar de convencer a la audiencia de que la Tierra estaba siendo realmente invadida por los extraterrestres. De forma muy coherente, el genial creador de Ciudadano Kane, cerró su carrera profesional en 1973 con una película titulada Fraude. Y pocas veces un título ha descrito de forma tan sincera lo que realmente es la película. Con el pretexto de denunciar los montajes de la industria del arte, Welles realizó un documental en el que pidió a dos célebres estafadores, Elmyr d´Ory (el más famoso falsificador de cuadros del momento) y Clifford Irving, el autor de las falsas memorias de Howard Hughes, que crearan un falso Picasso y la documentación que acreditara la procedencia del cuadro. El propósito era mostrárselo al pintor español y conseguir que este lo autentificara. Y lo lograron, haciendo creer al artista malagueño que el cuadro era realmente suyo. Lo que ocurre es que ni el Elmyr ni el Clifford que aparecen en el filme son los auténticos, sino dos dobles. Incluso Picasso es en realidad un actor. Curiosamente, lo único veraz en el filme es el cuadro, que si estaba realmente pintado por el artista andaluz. Lo dicho, una película que es un… Fraude.

Snuff (1975)

Tras el circo mediático montado alrededor de los crímenes cometidos por Charles Manson y los miembros de su siniestro clan, un matrimonio de cineastas amateurs llamados Michael y Roberta Findlay, intuyeron que la utraviolencia era un buen negocio. Por eso, se fueron a Brasil para filmar un falso documental sobre el mito de las snuff movies (esas películas donde supuestamente se asesina a las personas en realidad). La pareja de directores sostenía la tesis de que sudamérica existían redes de mafias dedicadas a ese negocio y así, tras reconstruir ante las cámaras su «investigación» (un recorrido por antros donde se entrevistan con individuos de aspecto patibulario que tienen toda la pinta de ser actores), Michael y Roberta logran localizar una de estas cintas, en la que se ve el supuesto descuartizamiento de una chica joven. La película se estrenó en EE UU con un eslogan tremendista y xenófobo a más no poder, que decía: «Un filme que solo podía hacerse en Sudamérica, donde la vida humana no vale nada». Y montaron de paso su propio circo mediático en el que los directores insistían en que la gente fuera a ver: «lo más sangriento jamás filmado por una cámara». Hasta se contrató a varias personas para que protestaran en los medios y en contra de la película. La película fue un éxito, a pesar de que, por supuesto, la chica asesinada era una actriz representando su papel. La cinta está rodada de un modo tan torpe, que los errores de continuidad permiten ver como las heridas infligidas a la víctima, desaparecen en la escena siguiente. Así una mano amputada y cortada en trozos volvía a verse totalmente sana en el siguiente plano. Como dato curioso, hay que señalar que uno de los directores, Michael Findlay, falleció dos años después decapitado por las aspas de un helicóptero. Y en este caso no hubo un plano siguiente en el que volviera a crecerle la cabeza.

Hombres salvajes, bestias salvajes (1975)

En 1962, los italianos Gualtiero Jacopetti y Franco Prosperi lograron un éxito inesperado con un tremendista documental titulado Mondo cane (Este perro mundo, se tituló en España). La cinta, que ganó incluso un Oscar y es muy recordada por su bellísima banda sonora, era un catálogo de escenas de impacto, un recorrido por algunas de las costumbres más alucinantes (para la mentalidad de la época) de nuestro planeta: operaciones de cambio de sexo en Hong Kong, crucifixiones humanas en Filipinas, nativas de Papua dando de mamar con sus pechos a cerdos… En este caso no puede hablarse propiamente de falso documental. La expresión documental preparado sería más apropiada, ya que nada de lo que muestran las cámaras sucede de forma espontánea; todo fue organizado por los propios directores. Pero lo importante es que el éxito de la cinta motivó el nacimiento de un subgénero bautizado como cine mondo, o lo que es lo mismo: documentales sobre atrocidades. Lo que pasó es que como cada nueva cinta tenía que ser más fuerte que la anterior, y al no encontrar atrocidades suficientemente atroces (valga la redundancia), los directores comenzaron a inventárselas. Los propios Jacopetti y Prosperi lo hicieron en Adiós, África, un macabro paseo por el continente africano en el que se ven fusilamientos, matanzas cometidas por el Mau Mau, ritos en los que un nativo le corta los testículos a un perro con una navaja de afeitar y luego se los come… Pero no se asusten. Todo son montajes. Con todo, la cima del descaro la alcanzó Hombres salvajes, bestias salvajes (1975). Esta película fue muy famosa y polémica en su momento por una escena en la que un turista en un autosafari de Kenia, se baja del coche para fotografiar a unos leones y acaba devorado por ellos. Hoy, cualquier espectador un poco atento se da cuenta perfectamente de que lo que los leones destrozan es un vulgar maniquí. Pero la cinta se cierra con otro plato fuerte. Una cacería humana en América del Sur en la que un grupo de mercenarios contratados por una multinacional agarran a un indio, le amputan los genitales y luego le introducen el mondongo en la boca. Nuevamente, todo era un burdo montaje. Pese a ello, el éxito de los filmes mondo siguió siendo imparable hasta que en 1979 se inició su decadencia. Y es que ese año… Bueno, lo que sucedió dicho año lo cuento en el siguiente apartado.

Holocausto caníbal (1979)

Si El Quijote fue la novela de caballerías que acabó con todas las de su especie, Holocausto caníbal fue el filme mondo que terminó con todos los de su género. En teoría este falso documental muestra a un célebre antropólogo recibiendo en su despacho de la Universidad de Nueva York a un grupo de tres reporteros que buscan información sobre una tribu amazónica para ir a filmar un reportaje. Meses después, al no tener noticias de ellos, el sabio viaja a la jungla para tratar de localizarlos y lo que encuentra son sus cámaras y el material que rodaron. La segunda parte del filme es el visionado de dicho material. Primero se ven las bizarras y crueles costumbres de los indígenas, matando y torturando animales, empalando a una mujer adúltera… Y luego se ve el cruel final de los reporteros, que son asesinados, despedazados y devorados delante de las cámaras. La película se estrenó haciendo creer que todo aquello era un documental real, y el éxito fue increíble. Aunque en realidad todo era una patraña ideada por el director, el italiano Ruggero Deodatto, quien llegó incluso a hacer que los actores firmaran un documento comprometiéndose a no aparecer en público hasta tres meses después del estreno del filme, para así contribuir a aumentar su aureola de «producto real». El caso es que casi todo el mundo se lo creyó. Incluída la magistratura italiana, que cursó una orden de detención contra Deodatto acusándole de hacer negocio con asesinatos reales. El director fue llevado a juicio, en un proceso surrealista que podría haberse solventado con la simple aparición de los actores demostrando que estaban vivos. Pero estos, cumpliendo con lo pactado, se encontraban en Suiza esquiando, sin ser conscientes de lo que le pasaba a Deodatto. Finalmente, alguien localizó a los intérpretes y el montaje fue por fin destapado. Hay que decir que, por contra, las muertes de animales que se muestran en el filme si son reales. Por eso, una Asociación de Defensa de los Animales, quiso denunciar de nuevo al director acusándole de maltrato animal. Pero la situación ya se había vuelto tan grotesca, que los jueces no quisieron marear más la perdiz, y rechazaron la denuncia.

Alternativa 3 (1979)

Si me permiten mi opinión personal, considero que esta cinta de la cadena británica Anglia TV es la obra maestra de todos los falsos documentales jamás realizados. Al menos de los que yo he tenido ocasión de ver. Su temática: ciencia ficción. Su trama: Unos reporteros televisivos reciben la visita de un científico británico que les entrega un dossier titulado Alternativa 3. En él, se detalla como la vida en la Tierra se está haciendo insostenible y se barajan trees alternativas para solucionar el problema. Vivir bajo el mar, hacerlo bajo tierra, o colonizar un nuevo planeta. El supuesto científico muere en un misterioso accidente antes de que tenga ocasión de volver a hablar con los periodistas, que inician una investigación en la que llegan a entrevistar al astronauta Buzz Aldrin quien (prestándose a la broma), relata que cuando aterrizaron en la Luna, rusos y americanos ya tenían instalada una base en la cara oculta, con un finalidad: la colonización de Marte. Finalmente, los reporteros descubrían que el plan para trasladar a Marte a un grupo de humanos escogidos con los que iniciar una nueva civilización había comenzado, y mostraban además las auténticas imágenes del planeta que lejos de ser ese desierto rojizo que conocemos, aparecía como un auténtico vergel. Alternativa 3 era una inocentada televisiva, no hace falta decirlo. Pero está tan bien rodado y montado y cuenta además con la colaboración de tantos personajes ilustres y reales, que hay momentos en que resulta difícil no dejarse convencer por la poderosa capacidad de sugestión de sus imágenes. Como curiosidad, permítanme decir que TVE lo emitió en 1982, en el programa La puerta del misterio, que dirigía y presentaba Jiménez del Oso. Por supuesto, en ningún momento se dijo o se insinuó que todo lo que se mostraba en el documental no era real. Spain era different en quellos años del Mundial y Naranjito.

Forgotten silver (1995)

Mucho antes de hacerse famoso con la trilogía de El señor de los anillos, el neozelandés Peter Jackson se dió a conocer con esta maravillosa cinta. Editada en España en DVD con el título de La «verdadera» historia del cine, las comillas ya dejan claro lo que hay de auténtico en ella. Forgotten silver relata la inventada historia de Colin McKenzie, un pionero del cine neozelandés, un creador a la altura de Meliés, que a principios del siglo XX habrían inventado ya el cine sonoro y en color, y que además habría filmado el primer vuelo tripulado en una fecha (la que da el «documental») varios años anterior a que dicho suceso se produjera realmente. En la segunda parte, Jackson se embarca en una expedición al interior de la jungla de Nueva Zelanda para encontrar los restos de la llamada Ciudad perdida, unos fabulosos decorados en los que el tal McKenzie supuestamente habría filmado su obra maestra, una espectacular versión de Salomé. Lo que Jackson y su equipo encuentran son los restos de una antigua ciudad de cartón piedra cuya monumentalidad deja a los decorados de Intolerancia o King Kong convertidos en simples maquetas. El éxito del falso documental fue tal que rapidamente alcanzó la categoría del filme de culto y recibió numerosos premios. Pero, a día de hoy, es frecuente que Jackson tenga que desmentir aún que Colin McKenzie no existió jamás. Salvo en su imaginación.

Operación Luna (2002)

No hay duda de que los autores de esta cinta vieron Alternativa 3, y trataron de ir un poco más lejos aún. Operación Luna, rodado para el Canal francés ARTE, fantasea con la posibilidad de que la llegada del hombre a la Luna fuera un colosal fraude ideado por el entonces presidente Richard Nixon. Para filmar las imágenes de dicho acontecimiento se habtía contratado nada menos que a Stanley Kubrick, quien entonces estaba filmando la mítica 2001, Una Odisea en el Espacio. Para hacer más creíble la el montaje, se entrevistó personajes reales como los secretarios de Defensa y Estado Donald Rumsfeld y Henry Kissinger, el astronauta Buzz Aldrin (uno que ya salía en Alternativa 3 y que parece que le cogió el gusto a este tipo de bormas) y la viuda del director, Christiane Kubrick. Pero las declaraciones de dichos personajes estaban intencionadamente sacadas de contexto cuando no claramente manipuladas para ilustrar la tesis de la cinta. De hecho, al final del documental se ven «tomas falsas» en las que muestra lo que realmente dicen o querían decir los entrevistados. Como guiño a los espectadores cinéfilos (para que pudieran detectar que aquello no iba en serio) algunos personajes del documental tienen nombres sacados de películas de Stanely Kubrick.

Vicente Fernández López

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