La exposición London in the future se ha convertido en un éxito que atrae a cientos de visitantes al Museo de Londres. Formada por catorce fotomontajes digitales, la muestra, obra de los artistas gráficos Robert Graves y Didier Madoc-Jones, ilustra cómo sería un futuro distópico en el que la capital británica se viera afectada por los efectos de diversas e hipotéticas catástrofes climáticas.
Los artistas afirman que con su obra pretenden homenajear a la capacidad de superación del ser humano y a su talento para adecuarse a los cambios, por duros que estos sean. ¿Compartirán los londinenses esta misma opinión? ¿Se sentirán preparados para navegar en góndola por Piccadilly Circus?
Una repentina subida del nivel del mar provocaría la inundación de parte de la ciudad. En ese escenario, los jardines lindantes con el Parlamento Británico se reconvertirían en campos para cosechar arroz.
La hipotética inundación convertiría Piccadilly Circus en un lugar intransitable, solo apto para instalar molinos de viento.
De ser la cpaital de la niebla y la lluvia, Londres podría convertirse a causa del cambio climático, en un lugar tropical. Las palmeras se convertirían así en un elemento omnipresente en su paisaje urbano.
Los nuevos londinenses celebrarían el carnaval de Porto Bello al estilo na’vi.
Respetar la tradición es algo muy británico. Por eso, los rituales seguirían celebrándose en un futuro distópico. Así, en un Londres desertizado, la House Guard Parade de Whitehall se haría con camellos.