Ringling Brothers and Barnum & Bailey Circus es no solo el más grande, sino el más famoso de todos los circos norteamericanos que existen actualmente. El circo fue creado de la fusión de Barnum & Bailey Circus y Ringling Brothers. Nosotros hablaremos de los primeros.

Barnum & Bailey Circus se formó del tándem formado por dos grandes empresarios circenses de la época, -antes competencia directa-: el animador y presentador norteamericano, Phineas Taylor Barnum y James Anthony Bailey, considerado como el Padre del circo moderno.

Según ha declarado alguna vez la Directora del Museo Barnum, Kathleen Maher, el “nombre de Barnum tiene asociaciones forzadas con tonterías y diversión; lo hiperbólico paralelo a lo austero; provocación del pensamiento e invitación a la controversia; acoger al cínico y desafiar e interesar al escéptico.” De hecho, P.T. Barnum se autodenominaba como «El Príncipe de las Tonterías». En otras fuentes, tales como en un análisis exhaustivo sobre su trabajo y su vida, realizado por la Universidad de Virginia: «Phineas Taylor Barnum es quien personifica el arte del espectáculo que impregnó la cultura de la Edad Dorada en Norteamérica”.

¡El espectáculo debe empezar!

Y lo hizo. Primero con Barnum a la cabeza, quien realizó su primer espectáculo circense en el año 1871 (Aunque su fama le precedía desde que abrió su primer circo en Manhattan el 2 de junio 1835). Fue convencido para llevar a cabo la empresa de dirigir el espectáculo, por otros empresarios del mundo del circo: Dan Castello y William C. Coup, ya que Barnum ya poseía un nombre en el mundo del espectáculo además del apoyo financiero necesario para la operación. De esa fusión, se creó el «P.T. Barnum’s Great Traveling Museum, Menagerie, Caravan, and Hippodrome», a lo que Barnum añadió como reclamo: «The Greatest Show on Earth«.

Su primera exhibición, sería la primera entre las muchas rarezas humanas que pasearon por sus camerinos. Las favoritas: las deformidades humanas. El primer espectáculo se realizó coincidiendo con la inauguración del teatro neoyorkino del barrio de Broadway, Niblo’s Garden (situado donde ahora se ubica la tienda de Armani Exchange). En él, exhibió a personajes tales como Joyce la Bicentenaria, a quien presentaría como: La Tata de George Washington, una mujer anciana de color de, según el descarado de Barnum, ‘160 años de edad’. Fue mediante estos espectáculos tipo hoax, (bulos que intentan hacer creer a un grupo de personas que algo es real) como el embaucador Barnum atrajo a miles y miles de espectadores a sus shows. (Seguramente hoy, si no existieran los Derechos Humanos, el espectáculo seguiría teniendo el mismo éxito).

Con una lluvia de octavillas, carteles y artículos de prensa que él mismo escribía, Barnum atrajo a miles de espectadores en masa para ver y escuchar sus historias ‘mentirosas’ y prefabricadas. Algunos llegaban a su espectáculo con el ánimo de ser sorprendidos, otros solo para burlarse, pero todos pagaban el precio de la entrada. Cuando La Tata de George Washington murió al año siguiente, se llegaron a vender entradas para su autopsia, donde se estimó que tenía 90 años menos de los que Barnum había asegurado.

Hay que decir, que en el contexto histórico en el que nos movemos, las personas nacidas con deformidades de algún tipo, solían ser sacrificadas en algún momento de sus vidas. Por lo que, aunque hoy día jamás justificaríamos la actitud y acciones de Barnum, su circo solía ser la única escapatoria. De ahí que consiguiera atraer a las personas que buscaba.

Phineas, además de empresario circense era político, dos profesiones, que, curiosamente, no se llevan tan mal hoy en día dada su similitud.

El «efecto Barnum»

Si algo sabía hacer bien Barnum, era sacar el máximo beneficio a la ignorancia e inocencia de las personas. En su freak-show, no faltaban todo tipo de deformidades. Y si no las había, él las inventaba. En el primer caso, su chollo acabó cuando se redactó la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Gracias a su mente maquiavélica para planificar espectáculos ‘siniestros’, se ganó un sitio en las estanterías de los psicólogos, ya que le dieron su nombre a «El efecto Barnum», que es el que explica el motivo de acierto de los horóscopos: frases generalistas aplicables a cualquier persona.

“Barnumizing”

El tipo de espectáculo empleado en el Niblo’s Garden, era por entonces muy popular. Por situarnos un poco en el contexto de la época, podemos imaginar al romántico Edgar Allan Poe, narrando historias imposibles sobre vuelos por encima del océano en globos transatlánticos, o de astrónomos que aseguraban haber visto seres humanos y bisontes cruzando los blancos caminos de la luna.

Sus engaño-shows, fueron bautizados como Barnumizing según informa el periódico americano New York Times. La directora de su museo, K. Maher, declara que si estuviera vivo sería “una mezcla entre Disney y Donald Trump.

Esta gran afición por la desmesura y amplificar atracciones que resultaban desconocidas para la mayoría del público, por muy mediocres que fueran consideradas hoy, y entonces, llamaban a las masas tal como lo hace hoy vel ídolo de adolescentes, Justin Bieber

La gran fusión Barnum & Bailey Circus

Barnum y Bailey comenzaron su aventura en 1881, momento en el que decidieron combinar sus shows. Todo vino motivado por un elefante de éxito: «el más grande del mundo», Jumbo, un espectáculo que cosechó grandes éxitos entre el público de la época.

Barnum murió en 1891 a consecuencia de un derrame cerebral sufrido un año antes durante una actuación. En el momento de su muerte, la mayoría de sus críticos, que se contaban a montones, le había perdonado. Incluso fue elegiado por muchas de sus buenas obras. También fue aclamado como un icono del espíritu del ingenio estadounidense, y fue quizás no fue solo el más famoso de América, sino del mundo.

Su circo fue vendido tras la muerte de Bailey en 1905, a Ringling Brothers el 8 de julio de 1907 por la cantidad de 278.745 € (alrededor de 6 millones de euros de 2008). El circo Ringling Brothers y Barnum & Bailey circuló por separado hasta que se fusionaron en el año 1919, formando el archiconocido Ringling Bros. and Barnum & Bailey Circus.

Como véis, el espectáculo, con o sin ética, siempre continúa.

Un mentiroso muy bien entrenado: El gran genio P.T. Barnum

Si ha existido un showman en el mundo que ha tomado el pelo a su audiencia y ha escrito mentiras legendarias, ese ha sido el empresario circense P. T. Barnum. El lince, no tardó mucho en percatarse de que el trabajo honesto… no era lo suyo. Como hemos indicado a lo largo del texto, Barnum nació para el espectáculo, pero no cualquier clase de espectáculo, sino el que hoy sería considerado como el más bizarro y que él exhibía con orgullo «la galería de sus maravillosos horrores«.

Su museo, en aquel entonces, entre otras cosas, prometía más de medio millón de inventos y maravillas asombrosas, aunque lo cierto es que ninguna, fue comprobable.

Se le atribuye erróneamente la frase: «Nace un tonto por minuto». Pero se cree que quien realmente la pronunció fue su rival Adam Forepaugh.

¿Horror o comedia?

Así es como el empresario circense Barnum atraía a su público. Por supuesto, mucho antes de los Derechos Humanos y de la ‘corrección ética y social’ en 1898, el show incluyó varios espectáculos que ahora serían imposibles de imaginar.

Pero en aquel momento, el espectáculo mediante bulos, historias inventadas y personas con deformaciones físicas, tuvieron tanto éxito, que Barnum contrató a más de 1.000 artistas para sus shows.

El hombre más pequeño del mundo, la mujer barbuda, los gemelos enanos, la mujer con pelo de caballo, la Tata de George Washington y otros personajes que hoy serían considerados bizarros, figuran entre la lista de los conocidos Barnumizing (definición en texto).

Jo-Jo: el hombre con cara de perro

Este hombre de origen ruso, fue uno de los famosos y peculiares espectáculos de P.T. Barnum.

Fedor Jeftichew, apodado como Jo-Jo de nombre artístico, padecía la enfermedad de hipertricosis, más conocida como el Síndrome del hombre lobo, que como ya imaginan, provoca un exceso de cabello. Frecuentemente las personas que la padecen, tienen todo el cuerpo lleno de pelo excepto las palmas de las manos o los pies.

Su padre también lo padecía, por lo que ambos viajaron por distintos circos haciendo su espectáculo hasta que se toparon con P.T. Barnum. El empresario circense, presentaba a Jeftichew como un inadaptado social, un salvaje imposible de ser integrado en la sociedad. Mientras Barnum contaba historias inventadas muy truculentas sobre Jo-Jo, este se dedicaba a asustar al público mediante gruñidos, ladridos, etc.

Tras pasar gran parte de su vida en el circo, Fedor destacó como acuarelista, además, de tonto no tenía un pelo: era trilingüe y manejaba con soltura el alemán, francés e inglés.

Martin Laurello: el hombre de la cabeza giratoria

Martin Laurello, de origen alemán y cuyo nombre real era Martin Emmerling, entrenó durante tres años para conseguir rotar su cabeza 180º y apoyar el mentón de su barbilla sobre su espalda.

Dedicado al mundo del espectáculo y al circo, Laurello acaparaba las miradas de todos los visitantes. Trabajó en los más importantes y prestigiosos espectáculos de toda América, y como no podía ser menos, fue trabajador habitual de P.T. Barnum.

A pesar de que en varias ocasiones afirmó ante el público que su habilidad se conseguía mediante entrenamiento, el cómo podía realizar esos movimientos de cabeza aún es un enigma sin resolver para la comunidad científica.

Además de girar la cabeza 180º, también podía girar el pie derecho y su cintura. Vamos, que podía caminar hacia delante cuando, en realidad, estaba mirando hacia atrás.

En este vídeo podéis verle en acción.

La dulce Elma von-Lynd

La dulce Elma sorprendió durante un año al respetable público de Barnum & Bailey.

Su deformación, una supuesta tercera pierna en lugar del brazo, fue presentado como una especie de momificación.

Evidentemente, era todo charlatanería.


La familia albina de Rudolph Lucasie

La familia albina de Rudolph Lucasie fue una de las favoritas de Phineas Barnum. A lo largo de más de tres años, la familia de albinos cosechó audiencia a grandes cantidades.

A pesar de ser originarios de Holanda, Barnum les presentó como originarios de Madagascar.

Pero como siempre… Barnum, «El Príncipe de las Tonterías», quería más, por lo que para sorprender aún más a sus espectadores, les dijo que sus ojos eran rojos pero… no redondos, sino ¡cuadrados!.

La propaganda ideada por el empresario circense, una vez más, funcionó: en 1860, no había ningún espectáculo tan fascinante en el mundo del circo como la Familia Lucasie.

Mr. & Mrs. Thumb

General Tom Thumb, era el nombre artístico de Charles Stratton, un enano que también consiguió el favor del público en el pionero circo de P.T. Barnum.

Nació en Bridgeport en 1838 de padres de estatura media. Charles fue un bebe relativamente grande, que pesó 4,3 kg al nacer. Sus primeros 6 meses de vida se desarrolló y creció normalmente, momento en el que pesaba 6,8 kg y medía 64 cm. Sus padres empezaron a mostrar su preocupación, cuando tras el primer cumpleaños de Charles se percataron que el niño no había crecido absolutamente nada. El médico les confirmó entonces que el futuro Sr. Thumb padecía de enanismo, y que difícilmente, podría alcanzar una estatura normal. A finales de 1842, Charles aún no había crecido nada, pero se desarrollaba, por lo demás, como un niño normal sin problemas.

Un pariente lejano, al saber la situación de Charles, con permiso de la familia le enseño a cantar, bailar, mimo y otras muchas artes de la farándula. Cuando estuvo listo, fue presentado a Barnum.

Su primera salida a escena fue cuando tenía tan solo 5 años, pero Barnum aseguró, un poco exagerado, que el pequeño tenía 11. Fue entonces cuando comenzó a llamarse General Tom Thumb. Interpretó papeles adaptados por su mentor tales como Napoleón Bonaparte o Cupido. Si quieres puedes ver un folletín de propaganda de Mr. Thumb de la época pulsando aquí.

Alcanzó tal éxito que no solo llegó a hacerse muy rico, sino que llegó a codearse con personajes tales como la Reina Victoria, con quien se reunió en tres ocasiones.

En 1862, Charles se comprometió con Mercy Lavinia Warren Bump, quién realizaba su propio espectáculo en el Museo Americano. Era la mujer «más bella y más pequeña viva» (81 cm) según se podía leer en su panfleto. Las manos de Barnum comenzaban a frotarse ante tan espectacular y suculenta pareja. La boda tuvo lugar pocas semanas después de conocerse, para lo que Barnum, como podéis ver en este folletín de la época, desplegó todas sus dotes propagandísticas. La boda tuvo un total de 2000 invitados.

Consiguió crecer a lo largo de su vida hasta los 102 cm. Murió a los 45 años a consecuencia de un derrame cerebral. Más de 10.000 personas asistieron a su funeral.

Las siete hermanas Sutherland

En el año 1882, Flecher Sutherland inauguró su negocio de crecepelo. Como podéis imaginar por la fotografía, había un argumento de venta potente para semejante empresa: las siete hijas de Flecher y su larga y famosa cabellera.

La empresa realmente comenzó a tener éxito cuando Henry Baily, de Barnum & Baily Circus, se casó con una de sus hijas. Además, las hermanas, además de servir de argumento publicitario para la venta del tónico crecepelo de Flecher, tenían habilidad para el canto, lo que por supuesto, Barnum no dejó escapar.

En 1886, cuando Henry Bailey registró una línea de productos de las hermanas Sutherland, la preparación fue catalogada como que contenía: bórax, sal, quinina, cantáridas, ron de bahía, gylcerine, agua de rosas, alcohol y jabón. Pero en un análisis realizado en 1896 (Pharmaceutical Era Journal) se encontró que el «producto milagro» contenía de todo menos la receta descrita por sus fabricantes: 56% de agua de hamamelis, el 44% de ron de laurel, sal, ácido clorhídrico, y pequeñas cantidades de otras sales como magnesio. En 1930, su negocio empezó a venirse abajo.

Schlitze Surtees

Schlitze (1910-1971), nació probablemente con el nombre de Simon Metz.

No solo era un hombre espectáculo, sino también actor. Se hizo mundialmente conocido con la película Freaks y trabajó durante toda su vida para distintos circos, como el caso de Barnum & Bailey.

Schlitze nació con un trastrono neurológico llamado microcefalia, por lo que tenía un craneo minúsculo, y en consecuencia, una cabeza excesivamente pequeña. Tenía también una miopía severa, y un retraso mental equivalente al de un niño de tres años.

Aunque apenas era capaz de hablar más que monosílabos y frases sencillas, entendía bien a la gente y poseía una gran capacidad para la imitación. Los que le conocieron, le describían como una persona agradable, alegre, sociable y con pasión por el baile y el canto.

Tras una vida de éxitos y cuidado en todo momento por Surtees, murió en 1971 a causa de una neumonía. Inicialmente fue enterrado en una tumba sin nombre, pero en 2008 un grupo de admiradores reunió los fondos necesarios para una tumba propia.

Los siameses Chang y Eng Bunker

Los siameses Chang y Eng (1811-1874), nacieron en un pueblecito costero de Siam.

Nacieron unidos por un cartílago y el esternón, y también tenían fusionados sus hígados.

A estas alturas, y aunque no sea el caso de los siameses, hay que indicar que Barnum no era culpable del todo por usar estas deformidades para su espectáculo. En aquel entonces, cuando los niños recién nacidos tenían algún tipo de deficiencia o anomalía, solían ser sacrificados.

Los siameses Chang y Eng, en cambio, estuvieron ayudando a su padre en su pequeña granja hasta que cumplieron la mayoría de edad. Fue entonces cuando, un capitán, viejo lobo de mar, descubrió a la pareja. Les convenció para embarcar rumbo a EEUU, donde marcaron el inicio de su éxito. Después les llevó de gira por Europa e hicieron unos 4.000 km por las Islas Británicas. Todo apunta a que debieron de verles en torno a los 300.000 espectadores.

Ambos hermanos superaban el metro y medio. Chang medía 1,54 m y Eng 1,57 m. Esa diferencia de estatura era paliada con los zapatos de tacón que Chang utilizaba. Como curiosidad: hablaban de forma simultánea, es decir, uno daba comienzo a la frase y el otro la finalizaba.

Aunque asistieron a varios médicos para intentar ser separados, los doctores de entonces no solo no poseían máquinas de RX, sino de conocimientos suficientes como para realizar una operación de semejante envergadura.

Chang sufrió un derrame cerebral a causa de su afición a la bebida que no afectó a su hermano. Una noche Eng se despertó percatándose de que su hermano había fallecido. Como acordaron en vida, los médicos acudieron para separarles, pero Eng se negó. Murió 3 hr más tarde.

Gente extraña: Dos mujeres peculiares

En esta octavilla publicitaria se muestran dos de las mujeres favoritas del freak-show de Barnum: La mujer más fea del mundo y Susana, la mujer que nunca se reía.

«Susana, la mujer que nunca se reía» se llamaba en realidad Grace McDaniels. Fue apodada así por Barnum debido al show en el que incluyó a McDaniels: ofrecía a los espectadores 1.000 dólares a cambio de que la hicieran reír. Los asistentes, intentaban hacerla sonreir por todos los medios a su alcance, pero ella ni se inmutaba. La razón era una parálisis facial a consecuencia de su enfermedad: el síndrome de Sturge-Weber, una enfermedad neurocutánea asociada con problemas neurológicos muy poco común.

Por otro lado, la mujer que vemos en la fotografía al lado del folleto, es Mary Ann Bevan, más conocida como «La mujer más fea del mundo». Su fealdad también tenía un motivo clínico: padecía acromegalia, una enfermedad crónica que forma tumores benignos en la glándula pituitaria. Esta alteración, provoca un exceso de producción de la hormona del crecimiento, lo que da como resultado un crecimiento anormal de las extremidades, del tejido corporal y de distintos órganos (no confundir con gigantismo). Supo sacarle provecho a su enfermedad. Tras quedar viuda se presentó al concurso de «Mujer más fea» consciente de su físico. Ganó y con su trabajo en el circo de Barnum pudo alimentar a sus 8 hijos.

Si quieres ver el folleto más grande puedes hacerlo aquí.

La sirena Fiji: mitad mono, mitad pez

Este fue otro de los múltiples engaños de P. T. Barnum, para algunos catalogados como uno de los mejores de la Historia.

Barnum tomó contacto con la sirena Fiji, supuestamente a través de un tal «Dr. J. Griffin» que en realidad nunca existió, pues fue el colaborador más allegado de Barnum, Levi Lyman, quién fabricó a la criatura.

Se dice que la parte superior, pertenecía a un bebé mono. La parte inferior, a la parte posterior de un pez. Para adornar tan extravangte ‘invento’ lo recubrieron con papel maché. Barnum ya tenía su sirena. Tanto se habló en Nueva York de la Sirena,que el día de su exhibición toda la ciudad hacía cola por ver semejante muestra. La decepción ocupó cada rostro cuando se percataron que «La sirena», no era una bella semi-mujer como la de Disney, sino la cola de un salmón cosida a la cabeza de un mono.

La muestra original se mostró por todo EEUU, pero en 1860, cuando el Museo de Barnum se incendió, el macabro invento fue pasto de las llamas. Desde entonces ha sido imitado en varias ocasiones.

 

 

Jack Earle: El gigante

Este actor de cine mudo, figuró durante varios años como el hombre más alto del mundo, motivo por el que fue fichado por Barnum & Barleys, en el que estuvo trabajando durante más de 14 años. Después se pasó a vendedor.

Llegó a medir 232.41 cm a causa de que padecía gigantismo.

Tom Waits hace referencia a este gigante en la canción Get Behind The Mule.

El Congreso de los Monstruos

Congress of Freaks fue un evento que se celebró una vez al año desde 1924 hasta 1935. Así fue como el fotógrafo Edward J. Kelty, pudo obtener una foto anual como la que veis aquí, de los Freaks colaboradores del circo de Barnum y Barclay, ya fusionado comercialmente con los Hermanos Ringling.

La foto que véis, fechada en su pie, fue tomada para el primer Congreso de 1924. El resto de la colección puede verse en el libro Step Right Up (Pasen y vean), una colección de fotografías del circo freak realizadas por el fotógrafo Kelty.

En la primera fila podemos reconocer a personajes como Ajax, el tragasables; Schlitze; Major Mite, el hombre más pequeño de la Tierra, al gigante Jack Earle… En la segunda fila está Cliko, el hombre de la selva; Koo Koo, la chica de las aves y uno de los embajadores de Marte. Al lado de la señorita Cleo, podemos ver a Laurello, antes citado.

 

James Anthony Bailey: el Padre del circo moderno

Antes de asociarse con P.T. Barnum, Bailey fue socio de James E. Cooper, con quien creó en el año 1860, el Cooper & Bailey Circus.

No tardó demasiado en convertirse en la competencia directa de Barnum, pero ya saben el refrán: «Si no puedes con el enemigo, alíate con él», y tras varios espectáculos conjuntos muy exitosos con Jumbo, el elefante gigante, decidieron aunar fuerzas y convertirse en socios circenses. Una relación que duraría hasta la muerte de Barnum.

James A. Bailey fue el primero que mostró la lámpara incandescente en 1879, justo un año antes de que Thomas A. Edison la registrara y patentara. Asímismo, también fue el primero en presentar a «Little Columbia», el primer bebé elefante que nació en un circo americano.

Tras la muerte de su compañero, Bailey compró la parte del circo que le había quedado a la viuda de Barnum y organizó varias giras con alto éxito desde el este de EEUU hasta Europa, donde llegó en 1897. En continente europeo empezó una gira que se alargaría hasta el año 1902.

Barnum ¿Despiadado? ¿Filántropo? ¿Ambas?

Cruel, despiadado, cínico, mentiroso, aprovechado… son muchos los calificativos, y pocos positivos, con los que muchos se refieren al rey del engaño, P.T. Barnum. Empresario, artista circense y político -profesiones muy adecuadas para combinar, todo sea dicho-, fue uno de los primeros en realizar un show-business millonario.

Reconocido como un filántropo convencido, afirmó «Soy showman por vocación… y el dinero no me va a convertir en nada mejor». Su único objetivo fue llenarse, cuanto más mejor, los bolsillos.

Cuando solo tenía 20 años, fundó el periódico The Herald of Freedom (1829). Seis años después, tras un breve período en la cárcel por difamación en su diario, se trasladaría a la ciudad de las oportunidades: Nueva York, donde comenzó su carrera en entretenimiento. De este tiempo, en el que realizó varios shows, es su conocido museo: el Scudder’s American, que después bautizaría con su propio nombre. Ya en 1846, el Museo recibía una media de más de 400.000 visitantes cada año.

Fue alcalde de Bridgeport, Connecticut, durante un año. Lo suficiente para abastecer a la ciudad de agua e iluminar las calles con farolas de gas. También fue durante dos legislaturas reelegido como Republicano.

Su show con Bailey,»El mayor espectáculo del Mundo», y su incorporación al circo fue relativamente tardía: cuando Barnum tenía 61 años. Fue el primero en disponer de un tren que transportaba todo su espectáculo (teniendo en cuenta la falta de pavimentación de las carreteras de EEUU en aquella época, esta decisión fue muy acertada, ya que le permitió ampliar sus negocios y consolidar los existentes).

A la hora de su muerte, la crítica lo había perdonado gracias a, según dicen los historiadores, sus buenas obras. Murió tras un derrame cerebral en 1891, siendo enterrado en el cementerio de Mountain Grove, que él mismo diseñó.

Su circo fue vendido tras la muerte de Bailey en 1905, a Ringling Brothers el 8 de julio de 1907 por la cantidad de 278.745 € (alrededor de 6 millones de euros de 2008).

A su familia le dejó una considerable fortuna. Es más, fue el segundo estadounidense en juntar un millón de dólares tras de Cornelius Vanderbilt (El Comodoro).

Barnum’s American Museum (1941)

Tras dar a conocer su show ambulante por cada rincón, Barnum fundó su propio museo de Freaks. Este museo, prometía más de «500 asombros y maravillas«, de los cuales, la gran mayoría, eran una patraña.

Aquí expuso a la sirena Fiji (presentada como una auténtica ninfa), al Capitán Thumb, a la vieja supuestamente bicentenaria afroamericana a la que apodó La Tata de George Washington (Joice Heath), la mujer barbuda, y a otros muchos de sus ‘especiales’ actores.

Por estas actividades fraudulentas, como la «máquina que hacía desaparecer el dinero», Barnum fue sembrando un caldo de cultivo hostil, ya que había estafado a media ciudad. Tanto, que se puso precio a su cabeza debido al timo de productos para aumentar la potencia sexual o tónicos rejuvenecedores.

El Museo era un edificio de 5 pisos, situado en el centro de Nueva York. Aglutinó y atesoró todo tipo de curiosidades: tanto objetos peculiares como animales exóticos, seres humanos Freaks.

A Barnum le salieron muchos competidores, uno de los más notables H. Bennet con su Peale Museum. Cuando Bennet tuvo problemas financieros, Barnum salió a su rescate, contratándolo secretamente para seguir simulando una ‘divertida’ competencia muy enriquecedora para ambos.

Tras sufrir tres incendios, el Museo cerró sus puertas al público en 1868. Es imposible negarle el éxito arrollador, pues el Freak Show de Burman tenía más visitantes que el Museo Británico, muy a pesar del precio. El Británico era gratuito, mientras el Museo Barnum costaba 25 centavos.

Barnum siempre se confesaría como un embaucador, pero a su vez se justificaba argumentando que sólo era uno más en un mundo repulsivo. «No soy ni el mejor ni el peor». Lo que sí es cierto, es que poseía la honestidad mínima para reconocerse como tal.

 

 

 

El Museo Barnum de la actualidad

El actual es igual de extravagante que lo fuera el de antaño. Aún se pueden observar algunos objetos pertencientes al Sr. Thumb y a otros de sus personajes, así como preciados tesoros correspondientes al Circo Brinley.

Está ubicado en el 820 de la Bridgeport Street, en el Estado de Connecticut. en un edificio construído en 1893. La planta superior contiene varios paneles en relieve que muestran una parte de la Historia americana. Destacan los bustos de seis figuras emblemáticas de la Historia, tales como George Washington, Cristobal Colón o el indio americano.

En julio, en Bridgeport se celebra el Festival Barnum, un festival o macro-fiesta, en la que no falta la música, los fuegos artificiales o los desfiles circenses.

El elenco rotativo de Barnum

En esta foto -sin fecha-, podemos ver dos albinos, tres gigantes, dos enanos, y dos «bellezas caucásicas», mujeres de la región del Cáucaso Norte.

Las «bellezas» son las que parecen tener el pelo quemado a la izquierda. En el siglo XIX, las mujeres de esta parte del mundo se consideraban muy atractivas y deseadas por los harenes Medio Oriente.

Según Barnum, estas dos mujeres se habrían escapado de un harén turco. Afirmación que probablemente, fuera falsa.

 

La película: Freaks, la parada de los monstruos

Por supuesto, pregunté a nuestro experto en cine y mejor periodista, Vicente Fernández, para saber más sobre este film. Esto fue lo que respondió:

Pese a estar realizada en 1932, Freaks, de Tod Browning (retitulada en España La parada de los monstruos), sigue siendo una de las películas más turbadoras jamás filmada. Cuenta la historia de una morbosa venganza en el ámbito de una feria ambulante de fenómenos humanos.

El director, Browning, conocía muy bien dicho mundo ya que antes de dedicarse al cine, en su juventud el mismo había trabajado en uno de esos espectáculos. Lo hizo como cadáver humano.

Fingía su muerte y era enterrado en un ataúd. Pasaba 24 horas sepultado, respirando gracias a una pequeña cánula y alimentándose con bolas de leche malteada. luego, al día siguiente, lo desenterraban y fingían su resurrección.

Esa experiencia le sirvió para plasmar con un realismo inconcebible el mundo de las ferias en Freaks, película para la que contó además con un elenco de auténticos fenómenos humanos. Y, una película que demuestra una vez más, que la auténtica monstruosidad se esconde bajo la apariencia de la normalidad.