Las criaturas humanas se lo creen todo, y cuanto más absurdas sean las historias, mejor. Las ballenas hablan francés en el fondo del mar, los caballos de Arabia tienen alas, y los pigmeos se aparean con elefantes en la tenebrosa África. Con todas esas bobadas yo he ganado dinero.” Una singular declaración de principios pronunciada en el filme Pequeño gran hombre por un mercachifle experto en hacer de los bulos y las leyendas su negocio. Hoy en día, los charlatanes de feria ya no existen, pero las mentiras y las historias insensatas siguen siendo un buen negocio, aunque hayan mutado en su forma. Nadie cree en caballos alados, pero la cosa cambia si hablamos de cocodrilos que viven en las alcantarillas o de extraterrestres.

Quizá el mejor ejemplo de cómo estas historias insensatas pueden convertirse en máquinas generadoras de dinero sea la ciudad norteamericana de Roswell, en Arizona, donde, según la leyenda, el 3 de julio de 1947, un ovni se estrelló en los alrededores, y los cadáveres de los alienígenas que tripulaban la astronave fueron llevados a una base militar cercana. La historia ha sido desmentida en innumerables ocasiones, e incluso se demostró la falsedad de una filmación en la que se veía la supuesta autopsia de uno de dichos seres. Pero eso no ha impedido que Roswell se haya convertido en lugar para los fanáticos del fenómeno ovni. Un artículo publicado en 2000 en la revista Forbes, titulado Dólares volantes no identificados, explicaba que el pueblo recibió noventa mil visitantes ese año, y que los lugareños habían ido montando un suculento negocio de venta de camisetas, muñecos y llaveros que arrojaba anualmente unas ganancias de cinco millones de dólares.

En España, la localidad de Ochate estuvo a punto de convertirse en el Roswell nacional. Situado a quince kilómetros de Vitoria (Álava), Ochate es un pueblo abandonado en torno al cual giran leyendas que hablan de maldiciones, espectros y ovnis. La locura en torno al lugar se desató en 1999 tras la publicación del libro Los expedientes X españoles más asombrosos, de Iker Fernández (un superventas con veinte ediciones agotadas). Según la comisión vecinal de Imiruri, localidad de la que depende el abandonado término de Ochate, ese verano cientos de personas visitaron el pueblo.

La paranoia conspiratoria
El sida es un virus creado en laboratorio, el aterrizaje en la Luna fue una mentira de la NASA… Son algunas de las leyendas que tratan sobre conspiraciones gubernamentales o de grupos paracientíficos, paramilitares o paraloquesea. Unas historias que apasionan a grandes sectores de público, a juzgar por su rentabilidad comercial. Un ejemplo de ello es el éxito de la serie Expediente X, cuyo argumento recopila las teorías conspiratorias conocidas.

Los atentados del 11 de septiembre también han generado teorías conspiratorias. Que fue un montaje orquestado por la CIA y el Mossad israelí, y que los ciudadanos árabes de Nueva York estaban alertados de lo que iba a  ocurrir son los bulos más repetidos. Y un libro que se hacía eco de algunas de esas tesis se ha convertido en un fenómeno editorial. Se trata de La gran impostura, del francés Thierry Meyssan, que pretende demostrar que ningún avión se estrelló contra el Pentágono, sino que fue un misil lanzado por los propios norteamericanos. El libro ha alcanzado en España las doce ediciones (treinta y cinco mil ejemplares vendidos), y en Francia, las ventas ya superan el millón de ejemplares.

Fuente de inspiración
Quien más se beneficia de las leyendas urbanas es el mundo del cine, que ha encontrado en ellas un filón para crear guiones de éxito. La brecha la abrió en 1981 el filme de terror Llama un extraño, que recreaba una de las leyendas más célebres y terroríficas, la de la canguro que ve la televisión mientras los niños a los que tiene que cuidar duermen en el piso superior. La chica recibe una llamada telefónica con una inquietante voz que le dice: “No te muevas de ahí, que ahora bajo a por ti”. Descubre horrorizada que se trata de un psicópata que estaba escondido en el piso superior y que ha asesinado a los pequeños. La película fue un éxito que, en España, recaudó setenta millones de pesetas. Desde entonces, se cuentan por docenas las cintas que toman como base alguna leyenda urbana. Así, Candyman, que recrea la de Bloody Mary, el fantasma que rebana el cuello a quien pronuncia nueve veces su nombre delante de un espejo, recaudó en Estados Unidos cincuenta y ocho millones de dólares; Mothman, la última profecía, sobre el hombre-polilla que advierte de futuras catástrofes, veintiséis millones de dólares; y Leyenda urbana, más de cien millones.

Las que hacen daño
La cara inversa del fenómeno serían las leyendas que tratan de hacer daño a alguna figura célebre, como sucedió con el grupo La oreja de Van Gogh, de cuyos miembros se dijo que habían confesado sus supuestas simpatías filoetarras en un programa de TVE. Para Gus Cabezas, jefe de producto de Sony Music (la casa discográfica del grupo donostiarra), los móviles de esta mentira fueron económicos: “Estoy convencido de que la intención era perjudicar las excelentes ventas del grupo”. Pero esta vez, los fans del grupo no “picaron”, y el bulo no afectó a las ventas de su segundo disco, El viaje de Copperton, que llegaron al millón doscientos mil ejemplares.

Y si nos remontamos a 1997 surge aquella retorcida historia según la cual, durante la emisión del programa de Antena 3 Sorpresa, sorpresa, el cantante Ricky Martin, escondido dentro del armario de una joven admiradora, vio cómo la chica se embadurnaba sus partes íntimas con mermelada (Nocilla, según algunas versiones) y hacía que su perro se las lamiera. Fue la leyenda urbana que más rápido se extendió por nuestro país, ya que se calcula que al cabo de un solo día todo el mundo la conocía. El impacto del rumor fue tal, que la cadena tuvo que desmentirlo en los informativos. Con todo, los efectos perduraron varios días, ya que, aunque el programa se emitía en la noche del martes, la reposición que se realizaba el domingo por la mañana registró dos puntos más de lo habitual en sus índices de audiencia. Evidentemente, no se puede demostrar, pero la sospecha de que, a pesar de ser desmentida, mucha gente siguiera creyendo que la historia del perro y la Nocilla era cierta, y que madrugaran con la intención de verla en la reposición, tiene su peso.

Cocodrilos a la madrileña

El pantano de Valmayor, hipotético refugio de unos esquivos saurios
El dispositivo de búsqueda no encontró pruebas de su existencia, y la Consejería de Medio Ambiente volvió a autorizar la práctica de deportes acuáticos. Los agentes forestales de la zona relataron que, tras las primeras noticias, llegaron muchos curiosos, pero su número se redujo progresivamente.

Siempre, Coca-Cola…

Las leyendas más insensatas sobre el famoso refresco llevan circulando más de un siglo
Ya en 1900, John S. Cadler, uno de los directivos, se defendió de estos bulos diciendo: ”Como todo el mundo la bebe, los competidores desleales dicen que es más adictiva que el opio, y más perjudicial que el tabaco y el whisky”.
1. El orín de rata es, según los rumores peor intencionados, el auténtico ingrediente secreto que le confiere su sabor característico.
2. Los policías norteamericanos llevan latas de este refresco en los coches-patrulla, se supone que para limpiar y disolver manchas de sangre.
3. Es corrosiva, y se dice que si en un recipiente con Coca-Cola se introduce un filete, la carne se deshace en cuatro días.
4. Limpia los inodoros y los deja como los chorros del oro. Se dice que, gracias a su alto contenido de ácido cítrico, limpia las manchas de la porcelana.
5. Los camioneros de la compañía utilizan latas de esta bebida para limpiar los motores de sus vehículos cuando están muy sucios u oxidados.
6. Revive a los muertos y no es una expresión figurada. En Haití, patria del vudú, una bruja usaba Coca-Cola para revivir cadáveres y hacerlos zombis.

El Rey vive

Elvis Presley, muerto en 1977, es una máquina de fabricar dinero
Que fue raptado por extraterrestres o que ascendió milagrosamente a los cielos (tal y como predica la Iglesia del Sagrado Corazón de Elvis). El rockero se ha convertido en carnaza para las leyendas urbanas, y muchos fanáticos creen que sigue vivo. Uno de sus biógrafos, Bill Benny, afirma que Elvis era un agente de la DEA (la agencia antidroga norteamericana), usado como cebo para cazar narcotraficantes, pero fue descubierto y sus superiores le hicieron desaparecer dándole una nueva identidad. La figura de Elvis es un negocio que en 2002 facturó treinta y siete millones de dólares; el diez por ciento procedía de la venta de libros sensacionalistas, como ¿Está vivo Elvis? y Los expedientes Elvis.

Leyendas V.I.P

Los ídolos de masas protagonizan historias que reflejan el cariño o el odio del público
Algunas son entrañables, como la que cuenta la historia de la conductora socorrida en una autopista por un motorista que resulta ser el Rey de España. Otras son maliciosas, como la que habla de la actriz española (cuyo nombre omitiremos) a la que le estalló un implante de silicona en un avión. Pero hubo casos dramáticos, como el del actor John Gilbert, cuya carrera hundió una leyenda.
1. John Gilbert. Astro del cine mudo. En su caso, la leyenda tuvo consecuencias nefastas. Se dice que, para despedirle, el productor Irving Thalberg, antes del estreno de su primer filme sonoro, lanzó el bulo de que tenía voz de afeminado. Nadie fue a ver la película.
2. Michael Jordan. Unas turistas que paseaban por Miami se asustaron cuando un negro les salió al paso, y huyeron tras darle.  sus joyas. Al día siguiente recibieron las joyas en el hotel con una nota: ”Sólo quería preguntar la hora”. Firmaba Michael Jordan.
3. Shakira. La carrera de la cantante estuvo a punto de ser seriamente perjudicada por un bulo que aseguraba que la hermosa colombiana apoyaba a grupos antisemitas.
4. Denzel Washington. El actor negro perdió suculentos contratos a principios de los noventa por causa de los rumores que decían que no estaba dispuesto a besar a mujeres blancas en la pantalla.
5. Richard Gere. Las leyendas sobre sus prácticas zoofílicas (y sus supuestos juegos eróticos con ratones) no han hecho mella en su imagen de galán y en su éxito con el público femenino.
6. Ricky Martin. Se dijo que colaboró con un espacio de televisión para darle una sorpresa a una fan, y que, oculto en un armario, vio cómo la chica hacía que su perro le lamiera el sexo.

Walt Disney congelado

La atracción Piratas del caribe es la más visitada de Disneylandia, ya que se dice que bajo ella está la cámara donde Disney fue criogenizado a la espera de que se descubra una cura para el cáncer.

Discos de rock con mensajes satánicos

De los miembros de Led Zeppelin se dice que pactaron con el diablo para lograr el éxito. Ese rumor ha dado publicidad añadida a este grupo que, desde 1977, ha vendido más de doscientos millones de discos.

La farsa de Pearl Harbor

Se han editado docenas de libros (con éxito de ventas) que sostienen la tesis oficiosa de que el presidente norteamericano Roosevelt conocía de antemano la fecha del ataque japonés a dicha base naval.

En KFC cocinan pollos mutantes

Según un supuesto estudio de la Universidad de New Hampshire, en?Kentucky Fried Chicken crían pollos mutantes. Pero la empresa no reconoce tener pérdidas económicas a causa de este bulo.

Se ahogó en un incendio forestal

Entre los restos de un bosque calcinado por un incendio apareció el cadáver de un submarinista. El desdichado había sido absorbido por un hidroavión forestal cuando buceaba en un lago cercano. Esta historia se recreaba al inicio de una oscarizada película: Magnolia.

Nosferatu era un vampiro de verdad

El protagonista de Nosferatu (1922), Max Schreck, era un auténtico vampiro. Sobre esta leyenda se rodó el filme La sombra del vampiro, que en España recaudó quince millones de euros.