Deberían ser eternas, y su perfección declararse Patrimonio de la Humanidad. Pero medidas como las de estos bombonazos no están llamadas a prosperar en un futuro. Ya que muy probablemente, nuestra masa musculoesquelética se debilitará, se reducirá el tamaño del cerebro y mejorarán las conexiones neuronales, según augura el paleobiólogo Antonio Rosas, del Museo de Ciencias Naturales. Seremos como la tecnología: cada vez más pequeña y eficiente. Adiós a la top model.
El 90-60-90 ya no es el cuerpo perfecto
