Kazuki Yamamoto ha pasado al mundo de los cafeteros exquisitos desde que sirve los capuchinos del establecimiento donde trabaja (en Osaka, Japón) adornados con figuras en relieve hechas de espuma de leche. Lo asombroso es que son piezas numeradas, ya que nunca repite el mismo animal –los hay reales y ficticios–, así que ya lleva unas 2.000 obras maestras que se han tragado sus asombrados clientes.
Este artista de 26 años emplea una varilla de remover cócteles y una cuchara para moldear la espuma, y colorea la fisionomía con el cacao preceptivo del café italiano. Su ritmo de trabajo es artesanal, así que logra rematar tres “especímenes” al día. Lo gracioso es que el joven camarero se dedicó a ensayar a escondidas en sus ratos de descanso y al cerrar.
La falsificación de bebidas alcohólicas alcanza una de cada cuatro botellas que se venden en…
Revelado el rostro de una hembra neandertal de 75.000 años de la cueva donde la…
Los científicos descubren rasgos cancerígenos en la aterosclerosis, lo que abre la puerta a nuevos…
Consumir cannabis puede provocar cambios en el epigenoma del cuerpo humano, según sugiere un estudio…
Las pruebas sugieren que los grandes felinos extintos con dientes de sable conservaban a sus…
La falta de datos de la industria química en la UE impide a menudo evaluar…