El esqueleto humano está compuesto por 206 huesos. La imagen de una figura completamente descarnada, mostrando sonriente su calavera, ha sido siempre uno de los tradicionales símbolos del terror, y el arte medieval es una buena prueba de ello. Un estupendo ejemplo es El triunfo de la Muerte (1562), de Pieter Brueghel, pintura que muestra una escena dantesca con un esqueleto a caballo segando cientos de vidas con una guadaña y otro conduciendo una carreta cargada con un centenar de cráneos humanos.

En tiempos más recientes, alrededor del año 1700, los piratas europeos comenzaron a usar una bandera negra con una calavera y dos tibias llamada Jolly Roger. Dicha imagen se convirtió en el símbolo del terror en el mar. Aunque algunos bucaneros personalizaron la enseña; como Edward Teach, el célebre Barbanegra, que usaba un estandarte con la imagen de un esqueleto sosteniendo en una mano un reloj de arena y en la otra un corazón humano.

Tampoco se de debe pasar por alto otra imagen tristemente icónica: la de los miles de calaveras humanas conservadas en la localidad camboyana de Phnom Penh, y que pertenecen a las víctimas de los jemeres rojos. Dichos cráneos son algunos de los símbolos más elocuentes de las numerosas atrocidades cometidas en el siglo XX.
Pero el ser humano también ha sabido usar la imagen del esqueleto para reírse de su miedo a la muerte.

Los mexicanos representan a la Muerte con la imagen de un esqueleto femenino llamado ‘la garbancera’

Y probablemente quienes mejor lo han sabido hacer han sido los mexicanos. Cada dos de noviembre celebran el Día de los Muertos, una festividad en la que los niños chupetean calaveras de azúcar y los mayores participan en bailes amenizados por una orquesta de mariachis disfrazados de esqueletos.

No olvidemos tampoco a Tim Burton, padre de uno de los “sacos de huesos” más tiernos de la historia del cine, el Jack Skeleton de Pesadilla antes de Navidad.

La prueba de la masacre.

La falta de restos humanos hizo creer durante siglos que los habitantes de Herculano huyeron antes de la erupción del Vesubio. Pero en 1982 se encontraron por azar cientos de esqueletos, entre ellos el de esta mujer con dos anillos de oro.

Bodegón con esqueletos.

Así se titula esta imagen tomada en 1865 por Thomas Richard Williams, el maestro de la fotografía estereoscópica de la Inglaterra victoriana. Su intención era satirizar la glotonería y el gusto por las juergas de sus contemporáneos.

Barbie al desnudo.

Y sin carne. El artista estadounidense Jason Freeney diseccionó a la famosa muñeca, para mostrar a todo el mundo que sus medidas son completamente irreales.

Rompecabezas óseo.

Encontrar un esqueleto de dinosaurio completo es casi un milagro. Lo habitual es que de los mejor conservados recuperemos el 98% de sus huesos. Con el resto, como este ejemplar exhibido en Husavik, Islandia, los paleontólogos tienen que crear huesos nuevos según sus medidas.

Amor y muerte

Las dos caras de una misma moneda. O así lo ha interpretado el artista Louie Psihoyos en esta fotografía inspirada por numerosas leyendas. Historias como Botan Doro,
un cuento de horror japonés en el que un samurái conoce una noche a una misteriosa geisha que le seduce. Y al día siguiente encuentran su cadáver desnudo abrazado a un esqueleto.

Huesos en la Luna.

Cuarenta y dos años antes de que Méliès rodase su Viaje a la Luna, nuestro satélite ya había sido visitado en la ficción por estos “sacos de huesos”. Se trata de una foto anónima de 1860.

Muerte prematura.

En 1979, el paleontólogo Jack Horner hizo un descubrimiento excepcional. Un nido con decenas de huevos de la especie de dinosaurio llamada Maiasaura. Alguno contenía en su interior el esqueleto totalmente formado de la cría.

Una macabra profesora.

Este esqueleto disfrazado de bailarina de ballet se usaba en la escuela de danza de Los Ángeles en 1956 para enseñar a los alumnos el movimiento de los huesos con cada paso de baile.

Requiescat in pace.

Desde 2007 nadie ha vuelto a ver a Nessie, lo que llevó a Mikko Takala, fundador del Club de Fans del Monstruo del Lago Ness, a afirmar que la criatura podría haber muerto. De ser así, su aspecto actual podría parecerse al de esta imagen satírica de la fotógrafa francesa Agnès Propeck.

Calavera Garbancera.

Fue creada por Los pintores Juan Guadalupe Posada y Diego Rivera, y es la imagen más popular de la Muerte en el folclore mexicano. La representa como una “garbanza”, nombre que recibían las indias que se vestían al estilo europeo.

Los más viejunos.

Los tres esqueletos de dinosaurios más antiguos de China, expuestos en el Museo Tecnológico de Pekín. Se trata de los restos de un Chuanjiesaurus ananensis de 27 metros de largo, y un Lufengosaurus huenei y un Dilophosaurus sinensis, ambos de siete metros.