Dublín, Irlanda
No resulta extraño que la capítal de esta maravillosa isla con una rica producción literaria desde la Edad Media, haya visto nacer a algunos de los mejores escritores de la historia.
La meca literaria irlandesa presume de tener escritores de la talla de Joyce, Yeats, Shaw y Beckett.
En 2010 fue nombrada por la UNESCO: ‘Ciudad Literaria‘. El país cuenta con más laureados con el Premio Nobel de Literatura que cualquier otra ciudad del mundo.
Si vas de visita y eres fan de Joyce, puedes hacerte una idea de la historia literaria de Dublín visitando el Museo de Escritores de Dublín, el famoso Museo Nacional Irlandés de Estampas y, como no, el famoso Abbey Theatre. Visita obligada también la biblioteca del Trinity College.
Foto: Biblioteca del Trinity College (Creative Commons | Flickr – por Irish Welcome Tours)
Boston, Estados Unidos
En la época victoriana, Boston fue el hogar de algunos de los talentos literarios más relevantes del siglo XIX. Al igual que París, la ciudad no solo atrajo a escritores y pensadores del extranjero en masa, sino que también era escenario de sus propias historias en libros, poemas y relatos.
Algunos de los escritores más recordados en la ciudad son Nathaniel Hawthorne, David Thoreau y Ralph Waldo Emerson quienes vivieron y realizaron su trayectoria profesional en Boston. Otros como Charles Dickens y Henry James eran residentes temporales.
Son innumerables las excursiones a pie que pueden hacerse en Boston para observar las casas que vieron nacer algunas de las mejores páginas de la literatura.
Boston también ha sido el escenario de innumerables obras como El ruido y la furia de William Faulkner, de clásicos modernos como La broma infinita de David Foster Wallace y El cuento de la criada de Margaret Atwood.
Lo más difícil es encontrar un solo bloque en Boston sin alguna conexión literaria. Enjoy!
Foto: Barrio de Beacon Hill en Boston (Creative Commons | Blogger – por Alexis).
París, Francia
Decía Nietzsche que «como artista, un hombre no tiene hogar en Europa excepto en París.» Y es que pocas ciudades del mundo han inspirado tantos bons mots como la insultantemente bella ciudad de las luces.
En la capital francesa, el ambiente y el entorno, difícil de admirar sin caer en la melancolía, está cargado de literatura. Esto es quizás lo que inspiró a muchos escritores expatriados a abandonar sus países de origen para llevar sus plumas hasta las calles de esta maravillosa ciudad.
Aunque no solo fueron los expatriados los que dejaron huella. Su talento para la literatura y las artes es bien conocido. Caminando por sus calles puedes encontrarte homenajes a Balzac, Bergerac, Voltaire, Verne y otros gigantes de la literatura francesa son testigos de la incansable actividad de París en bulevares, monumentos y cafés.
Foto: París (Creative Commons | Flickr – por AC Espilotro)
Montreal, Quebec
La literatura del brillante escritor canadiense Mordecai Richler está vinculada a cada poro de Montreal. Richler retrata a la perfección la vida de la comunidad judía en la ciudad en obras como El aprendizaje de Duddy Kravitz.
Aunque sin duda Montreal ha cambiado mucho en los últimos 54 años, el libro evoca una atmósfera que puede sentirse todavía en el ambiente del barrio judío.
Richler no fue el único en inspirarse en la ciudad más poblada de Quebec. El best-seller La vida de Pi de Yann Martel también optó por Montreal como inspiración.
Canciones de cuna para pequeños delincuentes de Heather O’Neill, se atreve un poco más y nos sumerge en los rincones más oscuros de Montreal. El libro fue un éxito de ventas en Canadá y posteriormente en todo el mundo.
Leonard Cohen es otro de los protagonistas de la ciudad. Antes de cantante, era un escritor muy conocido en los círculos de poesía. Escribió varias novelas: The Favourite Game (1963), Beautiful Losers (1966) y el poemario Flowers for Hitler (1964).
Montreal no solo es la ‘Capital Cultural de Canadá’, sino que está reconocida internacionalmente por su efervescencia cultural. Su población es una de las mejores educadas del mundo. Poseen la mayor concentración de estudiantes universitarios per cápita de toda Norte América (disponen de 4 universidades y 12 facultades).
Foto: Calles de Montreal (Creative Commons | gdefon.com)
San Petersburgo, Rusia
Varias conocidas novelas rusas (como Anna Karenina) tienen lugar en Moscú. Durante la época de oro de la literatura rusa, San Petersburgo fue la capital del Imperio Ruso.
La «Venecia del Norte», fue el escenario para algunas de las mayores obras de la literatura rusa. Crimen y castigo de Dostoievski y Eugenio Onegin de Pushkin son todo un clásico.
También son conocidos otros escritores rusos, como Nabokov y Ayn Rand, que si bien no vivieron en la ciudad por cuestiones políticas, son de San Petersburgo.
Las casas donde vivieron Dostoievski y Pushkin están abiertas al público.
Foto: San Petesburgo (Creative Commons)
Toronto, Ontario
Toronto es el centro de la cultura canadiense anglófona. Una gran parte de su población es inmigrante, lo que la hace rica en historias. Desde cuentos sobre los refugiados de guerra (El cielo se está cayendo de Kit Pearson y Fugitive Pieces de Anne Michaels) a los inmigrantes que construyeron la ciudad (En la piel de un león de Michael Ondaatje).
El legado multicultural de Toronto no se limita a relatar cuentos, sino a evocar la historia de la ciudad. La naturaleza multicultural y cosmopolita de ésta es un escenario cómodo para los escritores modernos. Alice Munro (Premio Nobel 2013) o Dionne Brand son algunas de las más conocidas.
Foto: Toronto (Creative Commons)
Edimburgo, Escocia
Edimburgo fue la primera en ser nombrada Ciudad de la Literatura de la UNESCO. Y con razón, porque en realidad no hay otra ciudad que se vea mejor a través de las páginas de un libro.
La narración de Edimburgo va desde la filosofía (David Hume y Adam Smith) a la poesía (Robert Burns), la impresión (la Enciclopedia Britanica fue impresa por primera vez aquí). Y junto a Burns, sus más famosos nativos literarios son Robert Louis Stevenson y Sir Walter Scott.
Las novelas modernas, como Trainspotting de Irvine Welsh y la saga de aventuras del Inspector John Rebus de Ian Rankin, demuestran que los escritores de Edimburgo siguen en plena forma.
Foto: Edimburgo (Creative Commons)
Londres, Inglaterra
La ciudad de Dr. Who tampoco podía quedarse fuera de esta lista. La reputación de Londres en la literatura no necesita una larga justificación. De Shakespeare a Dickens y de Bond a Holmes, Londres ha acogido a algunos de los autores y algunos de los personajes más famosos de la literatura inglesa.
Afortunadamente para el bibliófilo, hay innumerables sitios por explorar en esta ciudad. La Biblioteca Británica en Londres contiene unos 14 millones de libros.
Los fans del Bardo pueden encontrar una reconstrucción del Globe Theatre para el que Shakespeare escribió la mayoría de sus obras. Los seguidores de Sherlock Holmes pueden acercarse hasta el 221b de Baker St. la dirección de esta pareja de detectives. Y cuando te canses del paseo por la historia de la literatura, puedes tomar una cerveza o un café en uno de los numerosos bares donde grandes escritores como PG Wodehouse, Agatha Christie y Rudyard Kipling escribieron sus obras más conocidas.
Foto: Londres (Creative Commons)
Tokio, Japón
La capital de Japón cuenta con casi 1.700 librerías, más que cualquier ciudad en el mundo según la UNESCO.
Sin embargo, gran parte de la literatura japonesa (más allá de las obras de Haruki Murakami) sigue siendo enigmática y desconocida para los extranejeros. El Festival Literario Internacional de Tokio, cuya primera edición se celebró a principios de este año, intenta cambiar esto. Después de todo, hay pocas maneras más fáciles de tener una idea de los ritmos únicos de la cultura japonesa que viajar por la ciudad de Tokio durante la lectura de las obras de los grandes de la literatura japonesa, como Yukio Mishima, Kōbō Abe, Banana Yoshimoto y, por supuesto, de Murakami.
Foto: Tokio (Creative Commons)
Los pueblos más rurales de Canadá
Vale, no es una ciudad como tal, en eso estamos de acuerdo (de hecho es todo lo contrario) pero algunos de los mejores momentos de Canadá dentro de la literatura tiene su origen en las ciudades pequeñas y pequeños pueblos del país.
La novela para niños Lost in the Barrens de Farley Mowat, A Complicated Kindness de Miriam Toewso o Le Survenant de Germaine Guèvremont, usan de escenario los grandes espacios abiertos de Canadá, apoyándose en las comunidades rurales que actúan como telón de fondo para incontables historias de aventuras, aislamiento y descubrimiento.
Sin duda la Canadá más rural es un destino esencial para todos aquellos amantes de los libros que crecieron leyendo historias de aventuras sobre bosques malditos y misteriosos pueblos que hacían volar nuestra imaginación.
Foto: Creative Commons.