Nagao McCarthy es un fotógrafo estadounidense que se define a sí mismo como un “forense de armas de fuego”. Esta singular pasión nació cuando tenía 24 años y, durante un viaje a Rusia, tuvo ocasión de disparar un viejo rifle soviético fabricado en 1942.
Desde entonces, el artista se dedica a coleccionar fusiles y revólveres de todos los ejércitos del mundo, para diseccionarlos pieza a pieza y luego componer unos particulares “bodegones”. Esta práctica le ha llevado a una curiosa conclusión: “Lo más fascinante es ver cómo instrumentos de tan alta precisión han sido fabricados con tan pocas piezas.
Las armas de fuego del siglo XX son un claro ejemplo de lo que ahora llamamos tecnología low cost, de cómo obtener el mejor producto con la menor cantidad de elementos posibles”. Nagao se plantea ahora dar un paso más ambicioso en su trabajo, e intentar hacer lo mismo con armas de más calibre; concretamente, con tanques y piezas de artillería pesada. No queremos ni imaginar lo que ocurrirá si un día le da por diseccionar un portaaviones.
Redacción QUO
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