Sin doblez

La elección de los modelos estaba condicionada por la simetría de los cuerpos. “Para mí”, explica el fotógrafo Olivier Valsecchi, “era fundamental el entusiasmo y la flexibilidad. Eso y, claro, que no tuvieran objeciones a aparecer desnudos”. Las imágenes no tienen prácticamente retoques digitales.

Es el nombre del test diseñado por el psicólogo suizo Hermann Rorschach. Se basa en dibujos hechos en tinta sobre una hoja. Luego, esta se dobla sobre sí misma y aparece una extraña y simétrica silueta que da lugar a diferentes interpretaciones.

Las sesiones para obtener cada imagen duraron horas. Y era el objetivo del fotógrafo. “Cuando están cansados, sus cuerpos responden solo a mi palabra. Eso es lo que llamo trance”.

El cuerpo, según afirma Valsecchi, “es lo más cercano que tenemos en la vida. Puedes perder un familiar, mudarte, cambiar de nombre, de país… pero no puedes quitarte el cuerpo. Por eso es tan preciado. Y resulta un placer cuando alguien lo comparte conmigo para fotografiarlo”.

Eso era lo que pretendía retratar Valsecchi: “Para mi, al igual que sucede con los dibujos de Rorschach, cada imagen exagera una incapacidad o un trastorno mental”.

Valsecchi no trabajó siempre con los mismos modelos. Buscaba que la forma retratada se viera como una escultura y precisaba que sus tonos de piel pudieran combinarse en armonía.

Al finalizar el proyecto, el fotógrafo y los modelos (ninguno profesional, los conocía en las redes sociales o en reuniones) eran íntimos amigos. Habían pasado juntos dos meses seguidos.

En total está compuesto por diez láminas: cinco monocromas, dos en rojo y negro, y tres de varios colores.