Los payasos están hartos de ser ‘mangoneados’ en antena y así lo ha hecho saber públicamente Glenn Kohlberger, presidente de la asociación Clowns of America. El enfado monumental de la comunidad payasa se ha desatado a consecuencia de la nueva entrega de la popular serie American Horror Story: Freak Show, que parece haber sido la gota que ha colmado el vaso. Según afirman, su contenido sólo impulsa el miedo irracional a los payasos con el terrorífico personaje Twisty the Clown, interpretado por el actor John Carroll Lynch.
La asociación congrega a la mayor comunidad de payasos profesionales y amateurs del mundo. Todos se han unido para lanzar un mensaje común: Hollywood contribuye a lanzar una imagen negativa de su profesión. «Ganan dinero con el sensacionalismo» denuncia Kohlberger en el Hollywood Reporter. La industria del cine es capaz de «transformar una situación pura en una auténtica pesadilla. Queremos dejar claro que nosotros no apoyamos ninguna forma de sensacionalismo que ayude a fomentar la fobia contra los payasos«.
Para encontrar las raíces de la coulrofobia hemos de remontarnos a 1849, cuando Edgar Allan Poe escribió el relato breve Hop-Frog, en el que uno de los personajes es un payaso psicópata. El Joker tampoco ayudó. Este último villano fue inspirado en el personaje de la novela El hombre que ríe de Víctor Hugo, que salió a la luz en abril de 1940. Aunque muchos consideran que fue It de Stephen King la que contribuyó a popularizar la figura del payaso malvado.
El arresto de John Wayne Gacy en 1978 tampoco les hizo ningún favor. Conocido también como «El payaso asesino«, este hombre de Ohio violó y mató a 33 hombres jóvenes. Se le apodó de esa forma porque para ganarse la vida hacía espectáculos infantiles y servicios sociales en desfiles bajo el seudónimo de «Pogo». La profesión nunca se recuperó de este suceso.
Si todo esto no fuese suficiente para generar mala imagen sobre la comunidad payasa, recordemos al payaso poseído de Poltergeist (1982), que nos puso los pelos de punta y nos mantuvo a toda una generación de niños despiertos por la noche.
Las referencias a payasos malvados y terribles son realmente extensas, lo que explica el cabreo. Series, películas, marionetas, videojuegos e incluso parques de atracciones, han contribuido a afianzar el miedo hacia los adorables payasos. Pero a pesar de lo que pueda parecer, el ‘clown‘ genuino y auténtico sigue vivo y triunfa en circos itinerantes como el de Barnum & Bailey o El Circo del Sol. Mientras tanto, su homólogo malvado arrasa en la cultura popular.
Las personas que padecen este tipo de fobia suelen adquirirla tras malas experiencias o tras haber visto un retrato psicópata o siniestro de ellos en medios audiovisuales. De hecho, esta última afirmación fue avalada por estudios científicos realizados desde 1980 a 1997, los cuales se interrumpieron a consecuencia de los perturbadores resultados obtenidos.
No es la única profesión que clama contra la imagen que Hollywood proyecta sobre ellos. Los científicos tampoco salen muy bien parados en pantalla, y se han quejado de este asunto en numerosas ocasiones.
«La audiencia debería evitar por todos los medios conocer a Twisty» aconsejó el más que ofendido presidente de la asociación de payasos durante la première de American Horror Story. «Diría que este es un buen consejo. No puedo entender cómo algo tan dulce e inocente como un payaso pueda volverse tan oscuro y transformarnos en un abrir y cerrar de ojos en villanos y asesinos». Teniendo en cuenta que comen de esto, razón no les falta. Aquellos que tienen fobia irracional a los payasos, como el actor Johnny Depp, probablemente jamás contraten a uno para el cumpleaños de sus hijos. Pero por si con esto no tuviesen bastante… ¿recordáis que tipo de máscara eligen siempre los atracadores de bancos de las pelis? Pues eso.
Tanto Kohlberger como los payasos asociados y simpatizantes de Clowns of America se enorgullecen de ser «embajadores de la alegría» y han avisado de que no darán ninguna tregua a personajes como Twisty. Los datos no les dejan otra opción. De 3.500 payasos que tenía la asociación en 2004, el número ha menguado hasta los 2.500 que pertenecen a la misma actualmente.
Su ‘código deontológico’ también deja claro cuáles son los valores que un buen payaso siempre debe defender. Conócelos en esta fotogalería.
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