Las cámaras de vigilancia inteligentes están cada vez más presentes en todos los ámbitos de la vida urbana, tratando de detectar patrones sospechosos que permitan descubrir la presencia de terroristas, delincuentes, o de cualquier tipo de amenaza. Pero, ¿que es lo que interpretan estas cámaras cómo comportamientos sospechosos?
Estas fotos de Esther Hovers ilustran algunos de esos patrones. Aunque es necesario fijarse un poco para detectarlos. ¿Sois capaces de descubrirlos?
Por supuesto, el hecho de que la cámara considere una determinada actitud como sospechosa, no quiere decir que realmente lo sea. De hecho, en los casos que muestran estas fotos esas actitudes «extrañas» se deben siempre al azar.
Deambular sin rumbo fijo, sin saber que dirección tomar, cómo el hombre del gorro rojo, es una de las actitudes que resultan llamativas.
Correr o moverse demasiado deprisa es interpretado por las cámaras como algo potencialmente alarmante. El problema es que alguien haciendo footing también resulta sospechoso a priori.
Varias de las personas que aparecen en la foto caminan (por azar) de forma sincronizada, algo capaz de hacer saltar todas las alarmas en el sistema de seguridad.
Una de las personas que caminan por el piso inferior, vuelve repetidas veces la cabeza, un comportamiento que delata nerviosismo.
En el extremo izquierdo de la foto, junto a una farola, se ve una maleta solitaria. Los objetos abandonados resultan siempre muy sospechosos.
Permanecer mucho tiempo parado en un mismo sitio, como el joven de la foto, resulta especialmente llamativo para el sistema de seguridad.
Otra persona que vuelve la cabeza repetidas veces, cómo si estuviera comprobando si le sigue alguien.
Los tres hombres de la foto se mueven en direcciones diferentes, pero de forma muy sincronizada, cómo si fueran un grupo que acabaran de juntarse y se estuvieran dispersando.
Ignoramos la causa, pero el apostarse en una esquina y permanecer en ella demasiado tiempo, resulta cun comportamiento muy llamativo para el sistema de seguridad.