En el cine se besa mejor que en el mundo real. Admitámoslo. Es prácticamente imposible seleccionar todos los grandes besos que hemos visto en las películas, pero esta pequeña muestra reúne alguno de los más memorables. Y de propina, aquí tenéis la famosa escena de «los besos» de Cinema paradiso.

Encadenados (1946)

La censura de los estudios había estipulado que los besos no podían durar más de tres segundos. Pero, Alfred Hitchcock burló ingeniosamente dicha norma haciendo que Cary Grant e Ingrid Bergman parasen cada tres segundos y luego volvieran a besarse.

De aquí a la eternidad (1953)

Pocas veces se ha simbolizado tan bien el arrebato de la pasión desatada como en esta escena con Burt Lancaster y Deborah Kerr besándose en la playa, a merced de las olas. Lo que no podían imaginar es que la aviación japonesa estaba a punto de darles un susto histórico.

Duelo al sol (1946)

Gregory Peck y Jennifer Jones se aman y se odian por igual en esta película. Al final de la misma, saldan sus cuentas a tiros y se hieren mutuamente de muerte. Pero, en plena agonía, se abandonan a su pasión prohibida y se arrastran para morir abrazados y fundidos en el beso final más espectacular jamás rodado.

Oficial y caballero (1982)

Richard Gere con su uniforme de oficial de marina estaba realmente irresistible. Era el hombre ideal de cualquier espectadora. Y Debra Winger, con esos tejanos y ese aire de proletaria, estaba también impresionante. Nadie olvidará jamás como Gere entra en la fábrica, la saca en brazos y la besa delante de todos. ¿Peliculero? Sin duda. Pero taaan bonito.

El padrino 2 (1974)

No todos los besos son una declaración de amor romántico. Y, como ejemplo, ahí están los chicos de la mafia que, cuando te besan, no lo hacen con la mejor intención. En esta película, Michael Corleone (Al Pacino) sella el destino de su desleal hermano Fredo (John Cazale) con un beso en la boca.

Desayuno con diamanrtes (1964)

Los besos bajo la lluvia siempre han tenido un plus de romanticismo, como éste que se dan Audrey Hepburn y George Peppard mientras buscan a un gato en un oscuro callejón.

Tuvieron suerte. En otras películas, cuando buscas a un gato te encuentras a Alien.

Lo que el viento se llevó (1939)

¿Se puede decir algo que no se haya dicho ya sobre esta escena?

E. T (1983)

A Steven Spielberg le corresponde el honor de haber filmado uno de los besos más divertidos de toda la historia del cine.

En busca del arca perdida (1980)

Indiana Jones se las sabía todas. Y hace que la guapísima Karen Allen le vaya besando en todas las partes en las que se ha herido, hasta llegar a sus labios.

El hombre tranquilo (1952)

Besar a una pelirroja es toda una hazaña. El carácter que tienen es legendario. Y más si es pelirroja es Maureen O’Hara. Pero claro, John Wayne era mucho John Wayne. Otro beso bajo la lluvia, en este caso repleto de sensualidad. Y que además sirvió de inspiración a Spielberg para la escena que ya comentamos de E. T.

Que bello es vivir (1946)

Uno de mis preferidos. El tímido James Stewart, y la no menos tímida Donna Reed, comparten por azar el auricular de un teléfono. La proximidad de sus rostros hace que al final acaben dando rienda suelta a sus sentimientos y besándose.