Una de las cosas que más llama la atención a quien visita Hong Kong por primera vez, son los andamios de las obras. Todos ellos están fabricados con bambú. Incluso, los que sirven para realizar obras en los numerosos rascacielos de la ciudad asiática. Parecen frágiles pero, en realidad, son perfectamente resistentes. Eso sí, los obreros que trabajan en ellos son auténticos equilibristas. De hecho, tienen que seguir un curso especializado de varios meses para aprender a caminar con soltura sobre tan peculiar andamiaje. Dicen que el secreto está en engancharse al bambú con una de las piernas de una manera similar a como lo hacen los jinetes con los caballos. Pero, la técnica no es sencilla. Los obreros afirman que durante el aprendizaje, las piernas llegan a doler aunque, con el tiempo, ese dolor acaba por pasar desapercibido.

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