Este fin de semana Londres se ha llenado con la magia de la última entrega de Harry Potter: El legado maldito. Esta vez en versión teatral. La autora J.K. Rowling ha decidido contar las aventuras del hijo pequeño del mago sobre las tablas. En un argumento de cuatro horas que se representa en el Palace Theater en dos obras de dos horas y media cada una. Pueden verse en la matinée y la sesión de noche de un mismo día, o en dos días seguidos. El estreno del sábado en el West End llevaba un año con las entradas vendidas. Muchos de los espectadores se dirigieron inmediatamente después a una de las grandes librerías cercanas para hacerse con el guión de la obra en inglés. El libro –con la cuidadosa encuadernación característica de la saga– se puso a la venta a las 12 de la noche. La hora más propia para un argumento de embrujo.
Si quieres leerlo en español, tendrás que esperar hasta finales de septiembre, según ha anunciado la editorial Salamandra. Pero ya puedes ir deleitándote con estas imágenes de la representación teatral, dirigida por John Tiffany. El director y el guionista Jack Thorne han colaborado con Rowling en la autoría del esta historia.
© Manuel Harlan
Las cuatro casas de Hogwarts
Cuatro estandartes en alto consiguen recrear el ambiente del colegio con sus famosas cuatro casas: Gryffindor, Slytherin, Hufflepuff y Ravenclaw.
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Las consultas a los libros de magia siguen siendo una constante para los magos en apuros.
No sabemos si por mucho tiempo. J.K. Rowling ha declarado a Reuters que este sí será –de verdad de la buena– el final de la saga.
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Hermione (Noma Dumezweni), la sagaz chica del trío protagonista, sigue representando la fortaleza en su relación con Ron (Paul Thornley).
La elección de una actriz de color para darle vida en escena resultó una de las grandes sorpresas del reparto.
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El benjamín de los Potter
Bautizado en memoria de Dumbledore y Snape, el pequeño Albus Severus Potter (Sam Clemmett) tendrá que enfrentarse a los mismos odios y amenazas de que fue objeto su padre.
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Menos encanto en la vida adulta
Harry (Jamie Parker), ya adulto y empleado del Ministerio de Magia, tendrá que volver a la lucha con los más oscuros poderes de su mundo.
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El andén 9 3/4, los nervios de los novatos y el carrito de chucherías del tren hacia Hogsmeade pueden reproducirse en escena con unas cuantas sillas y caramelos de colores.
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Harry procura ser para su hijo el padre atento y sabio que él nunca conoció. Pero no podrá evitarle el peligro.
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Hermione, Harry y Ron deberán unir sus ingenios una vez más. Pero esta vez serán también las vidas de sus hijos las que estarán en juego.
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La nueva generación de alumnos de Hogwarts también sabe unirse y organizarse para afrontar el lado oscuro de la magia.
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Las familias Granger-Weasley y Potter se disponen a enviar a sus hijos al colegio.
Sí, Ron y Hermione eligieron un apellido doble para su familia. Según la autora, se trata de un símbolo del consenso que reina en su pareja.
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Ginny (Poppy Miller) ilumina la estancia con su varita mientras charla con su marido, Harry.
El célebre conjuro Lumus (luz) ha servido también para bautizar la ONG fundada por Rowling para conseguir que cada vez menos niños tengan que vivir en orfanatos. Sus esfuerzos se dirigen a fortalecer a las familias vulnerables, para que no se vean obligadas a entregar a sus hijos, y dotar de familias de adopción a los niños abandonados.
La representación del próximo 18 de septiembre irá acompañada de una gala para recaudar fondos para esta institución.
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Draco Malfoy (Alex Price) también reaparece en escena. ¿Habrá aflojado la tensión entre los antiguos alumnos de Hogwarts?
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Los solemnes uniformes de Hogwarts consiguen magníficos efectos escénicos.
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Draco Malfoy también aporta un vástago a la secuela. Como era de esperar, también con un nombre cargado de significado: Scorpius (Anthony Boyle).