Nos tocamos la cara todo el tiempo, más de una docena de veces por hora, así que es fácil pensar que lo hacemos por algo. Un equipo de investigadores ha encontrado una explicación, y tiene que ver con olfatear a los que tenemos cerca

“Todos los primates, incluidos los humanos, se tocan la cara con mucha frecuencia”, así comienza el artículo sobre el estudio realizado en el Instituto de Ciencia Weizmann, de Israel. “Iniciamos este estudio con la hipótesis de que tocarnos la cara sirve para olernos a nosotros mismos”.

Nos tocamos la cara para olernos, pero ¿por qué?

De 400 participantes de la investigación, el 94% reconoció haberse olido las manos al llevárselas a la cara. Además, los científicos encontraron que cuando acercaban la mano al rostro aumentaba el flujo de aire que inspiraban. Así pues, la respuesta es sí, nos olemos la mano y los dedos permanentemente a lo largo del día.

Los investigadores señalan que olernos a nosotros mismos puede ser tranquilizador, especialmente si estamos estresados, y aseguran que genera un placer inconsciente. Pero no es solo nuestro olor lo que llega entre los dedos.

Si damos la mano a otra persona, y nos la llevamos a la cara, percibimos inconscientemente sus señales químicas

El equipo de científicos del estudio argumenta que nos olfateamos las manos en parte para captar señales de las personas que nos rodean. Si damos la mano a otra persona, y nos la llevamos a la cara, percibimos inconscientemente sus señales químicas. Los humanos de hoy no vamos olfateándonos los unos a los otros, pero el olor da mucha información. El olfato despierta emociones y recuerdos, entre otras muchas cosas. Así que olemos a la gente de manera indirecta a través de nuestras propias manos, y ni siquiera nos damos cuenta de que lo estamos haciendo.

En estos días de reuniones de Zoom en las que echamos de menos abrazos y besos, también han desaparecido los olores de amigos y familia. Seguimos llevándonos las manos a la cara, pero es posible que solo huelan a desinfectante.

Estas son las posturas más habituales de la mano al llevarla a la cara. Las fotos son del estudio.

Credito: Pearl et al. 2020 Philos. Trans. R. Soc.)