Roboethics es el cortometraje propuesto por ROS Film Festival esta semana. Cuestiona los malos tratos a una máquina y hemos entrevistado a su directora, Rut Angielina, para preguntarle si hay algo malo en golpear a Kite, la bella ginoide del corto, si se ríe de nosotros

Se trata de un robot, así que pegarle, insultarle, humillarle… Cualquier acto no tiene más alcance que tirar un aspirador por la ventana. Romper una máquina no debería cuestionarse como algo ético… ¿o sí? ¿Hay algo turbio detrás del maltrato a un robot?

Es posible que golpear una puerta no sea lo mismo que humillar a un humanoide desarrollado para atender nuestras necesidades. En algún lugar hay límites. Estas cuestiones son las que plantea este corto de ROS Film Festival.

Si te parece, cuando lo veas, nos cuentas tu opinión. Y puedes ver aquí más cortos de ROS Film Festival

 

Hemos entrevistado a la directora de Roboethics, Rut Angielina, que en estos momentos tiene su propia empresa de producción cinematográfica y teatral, Candilejas Producciones
 ¿Por qué decidiste esta temática?
La ciencia ficción ha sido algo que siempre me ha atraído; películas como «Her», «Ex machina» o «Eva» difuminan la línea entre lo que es o no humano, me encanta poder abstraerme y pensar qué es lo que nos diferencia del robot aspiradora que está limpiando el suelo, más allá de nuestra composición.
Tengo la suerte de tener un mejor amigo, Bruno Puelles, que es escritor y un experto en la materia. Nos conocemos desde el colegio, él iba pegado a un libro y yo a la videocámara. Un día me comentó un relato que había escrito, me encantó, y yo, sin dudarlo, le dije que esa historia tenía que ser un cortometraje. Bruno simplificó el texto para adecuarlo a un presupuesto muy muy bajo, ya que lo pagaba de mi bolsillo, y concentró la historia en la sala de interrogatorios. Quería algo corto, con pocos actores y un mensaje claro.
¿Crees que siempre habrá una diferencia entre humanos y robots?
Creo que el momento en el que una máquina sea capaz de crear una idea, sin estar programada para ello, habremos suprimido esa diferencia entre humanos y robots. La capacidad de ser creativos y sentir es algo que hoy en día sólo podemos hacer los seres humanos, aunque no todos hagan gala de ello.
¿Hay más gente que se plantea el mal trato a los robots?
Es una temática que he ido viendo cada vez más en películas y videojuegos como «Detroit: Become Human», donde los androides empiezan una revolución para escapar de la esclavitud. Si se difumina la línea que nos separa, no podremos hablar del «mal uso» de una máquina.
¿Cuanto tiempo tardasteis en rodarlo?
Fue el primer corto que dirigí y produje. Lo rodamos en un fin de semana de 8 de la mañana a 8 de la tarde, porque era el horario que nos dejaba la biblioteca donde estaba la localización, y se editó en otro fin de semana, en el que el editor y yo acampamos en casa del sonidista.

Un momento del rodaje de Roboethic

El día antes de comenzar el rodaje la chica que llevaba el vestuario desapareció, por suerte la mayoría del vestuario pertenecía a los actores, pero no teníamos nada para vestir al robot. Caly Hernández, que interpreta a Kite, se recorrió varias tiendas y en un par de horas tuvimos la papeleta solucionada y mi ritmo cardíaco volvió a ser normal. Con la pobre Caly también tengo otra anécdota, tuvo que dormir sin poder deshacerse el peinado, para no tener que madrugar varias horas al día siguiente y también ahorrarnos los fallos de raccord.
¿Con qué medios lo rodaste?
Teníamos una cámara de fotos, dos objetivos y un único foco, esto último que pudimos tener gracias a un profesor maravilloso de imagen y sonido, José Mesa, que no dudaba en echar una mano a los estudiantes de realización que queríamos rodar cada vez que teníamos alguna idea.
¿Quién lo distribuyó?

El corto no fue distribuido por ningún profesional y tuve la suerte de entrar en el circuito de Cortos en Femenino, donde compartió selección con un corto de Belén Funes, uno protagonizado por Belén Rueda y otro por Alexandra Jiménez, hecho que me sigue pareciendo surrealista. A día de hoy le encuentro muchos fallos y hay cosas que haría de forma diferente, pero no cambiaría para nada la experiencia de realizar este primer corto.