Un estudio ha analizado el ADN de personas vivas, neandertal y denisovanos, confirmando que el sexo entre diferentes especies de humanos fue mucho más común de lo que se pensaba

Hace 50.000 años la primera oleada de homo sapiens salió de África y atravesó el Oriente Medio para extenderse por Europa y Asia. Allí se encontraron con los neandertales, y durante mucho tiempo ha habido cierta controversia sobre lo que ocurrió después. No quedan neandertales es hoy en día, así que es fácil aventurar que fueron desplazados o eliminados por los visitantes. Sin embargo, en el ADN de los seres humanos actuales, con la excepción de los africanos, hay un 2 % de ADN neandertal, lo cual indica que las dos especies se mezclaron en el pasado.

Un nuevo estudio ha podido sacar a la luz que esta mezcla de genes funcionó en los dos sentidos. Los investigadores de la Universidad de Cornell y del laboratorio del Cold Spring Harbor en EEUU actualizaron el ADN de restos de neandertales, denisovanos y dos humanos africanos actuales. Los africanos actuales no tienen genes de neandertal, al contrario que los blancos o asiáticos. Observaron que un 3 % del genoma de los neandertales provenía del Homo Sapiens primitivo.

Lo sorprendente es que un 1 % del ADN de los denisovanos provenía de una especie de humanos diferente que todavía no ha sido identificada. Se produjo aproximadamente hace 1 millón de años, lo que indica que esta especie podría haber sido un Homo Erectus. Por desgracia no se conserva ADN de Homo Erectus, y no es posible probar esta suposición, lo que abre la puerta a que se trate de una especie humana sin identificar.

Todo parece indicar que cuando dos especies distintas de seres humanos se encontraron en el pasado, no se dedicaron a matarse los unos a los otros, sino a otras actividades más productivas, al menos para nuestro árbol genealógico.

REFERENCIA

Mapping gene flow between ancient hominins through demography-aware inference of the ancestral recombination graph