Los hombres de la antigua ciudad romana de Herculano, sepultada bajo las cenizas del Vesubio, comían más pescado y marisco que las mujeres. Ellas, más lácteos y huevos

Pompeya no fue la única ciudad romana antigua que fue inmortalizada en cenizas. Herculano tuvo un destino similar y también es una ciudad congelada en el tiempo. Todo quedó paralizado, como en una macabra instantánea, con la erupción del Vensubio en el 79 d.C.

Tanto la ciudad como los esqueletos de sus habitantes (se calcula que vivieron en Herculano 8000 personas) han permanecido inalterados a lo largo de los siglos. Con las modernas técnicas de investigación arqueológica, Herculano y Pompeya son dos increíbles laboratorios que ayudan a desvelar como era la vida de la próspera Roma del primer siglo de nuestra historia.

Mercados, tiendas de abastos, cocinas domésticas, incluso, en Pompeya, se han encontrado thermopolias (el equivalente de la época a lugares para comer en poco tiempo por poco dinero). Los hallazgos en estos bares de “comida rápida” desveló que los habitantes de la ciudad tenían una dieta rica en distintos granos, legumbres, fruta, frutos secos y algunos productos exóticos y caros.

Los huesos desvelan lo que comemos

Un reciente análisis de los esqueletos de las víctimas del Vesubio en la ciudad de Herculano indica que los huevos y los productos lácteos podían ser considerados poco masculinos, y que las mujeres tenían menos acceso a los mariscos.

Los investigadores, dirigidos por el equipo BioArCh de la Universidad de York, desarrollaron un nuevo enfoque para analizar los aminoácidos, los componentes básicos de las proteínas, a partir de 17 esqueletos adultos encontrados después de la erupción del Vesubio en el 79 d.C.

Los esqueletos se encontraron en la playa, donde los habitantes de la ciudad esperaron la llegada de los barcos de rescate comandados por Plinio el Viejo, una misión que no pudo cumplir su cometido. Los 17 esqueletos forman parte de un grupo de 300 que los investigadores esperan ahora poder examinar al completo.

El estilo de vida deja huella en los huesos

Al medir los isótopos de carbono y nitrógeno en los aminoácidos óseos, los investigadores pudieron reconstruir las dietas de las personas con mucho más detalle de lo que se creía posible.

El autor principal, el profesor Oliver Craig , director de BioArCH del Departamento de Arqueología, lo explica así: “Los restos de los que murieron en Herculano en el 79 d.C. ofrecen una oportunidad única para examinar los estilos de vida en una antigua comunidad cuyos individuos vivieron y murieron juntos”.

El estudio revela que las mujeres comían más productos animales y frutas y verduras cultivadas localmente, mientras que los hombres tomaban pescado más caro.

“Hemos encontramos diferencias significativas en las proporciones de alimentos marinos y terrestres consumidos entre hombres y mujeres, lo que implica que el acceso a los alimentos estaba diferenciado según el género”, destaca Oliver Craig.

Más de 90 plantas, cereales y legumbres distintas, así como un centenar de pescados y moluscos diversos

No es la primera vez que el yacimiento de Herculano ofrece datos valiosos sobre qué comían los habitantes de esta región del Imperio Romano. En 2017 la arqueóloga Erica Rowan, de la Universidad de Londres, publicó en la revista científica ‘Environmental Archeology’ un detallado artículo tras estudiar los restos de alimentos conservados en las alcantarillas de la ciudad. Encontró trazas de más de 90 plantas, cereales y legumbres distintas, así como de un centenar de pescados y moluscos diversos.

«Aquellas personas llevaban una dieta mediterránea más variada que la que tenemos nosotros ahora, con muchos más tipos de pescados en el menú cotidiano, gran variedad de cereales y una presencia notable de legumbres como judías, garbanzos y lentejas», cuenta Sirano. El artículo científico de 2017 advertía que no había sido posible encontrar restos de productos como el queso o la carne, por su facilidad para degradarse. Sin embargo, la nueva investigación ha encontrado sus trazas en los huesos de los esqueletos encontrados, un lugar indeleble.

Los investigadores afirman que los varones obtuvieron, por término medio, aproximadamente un 50% más de sus proteínas alimentarias del marisco en comparación con las mujeres.

Los hombres también obtuvieron una proporción ligeramente mayor de proteínas procedentes de los cereales, mientras que las mujeres obtuvieron una mayor proporción de proteínas procedentes de productos animales como los huevos y la leche, y de frutas y verduras.

Los autores del estudio explican que posiblemente los hombres tenían un mayor acceso a los peces en Herculano y más ampliamente en la Italia romana ya que tenían más probabilidades de dedicarse directamente a la pesca y a las actividades marítimas, además, los hombres ocupaban por lo general posiciones más privilegiadas en la sociedad y se liberaban de la esclavitud a una edad más temprana, lo que les proporcionaba un mayor acceso a productos caros.

Eran mucho más mediterráneos

Gracias a su nuevo enfoque, los investigadores pudieron comparar su dieta con la que llevamos actualmente. El equipo sugiere que el pescado y el marisco contribuían en mayor medida a las dietas de Herculano en comparación con la dieta mediterránea moderna, en la que predomina cada vez más la carne. En cambio,  los antiguos pobladores del mediterráneo consumían una cantidad de cereales similar a la nuestra.