La mayoría de las personas con autismo encuestadas afirman que tener un vínculo estrecho con su mascota mejora su calidad de vida

Una reciente publicación de la revista Journal of Autism an Developmental Disorders muestra cómo las personas con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) mejoran su estado de ánimo y socializan más cuando tienen una mascota.  La investigación se dividió en dos partes, y fue dirigida por la Universidad de Edge Hill (Inglaterra).

En el primer estudio, la muestra fue de 326 personas diagnosticadas con autismo y 409 personas neurotípicas, es decir, individuos sin alteraciones neurológicas; con mascotas y sin ellas. La edad de los participantes estaba entre los 18 y 79 años. Y los datos se recopilaron a través de encuestas online.

Se evaluó la ansiedad social con el cuestionario de la Escala de Ansiedad Social de Liebowitz donde se plantean 24 situaciones como llamar por teléfono o ser el centro de atención, y deben responder el nivel de miedo y de evitación. Otros aspectos evaluados fueron la satisfacción por la vida con la Escala de Satisfacción con la Vida a partir de cinco parámetros, la soledad percibida según la Escala de soledad de UCLA, la Escala Multidimensional de Apoyo Social Percibido y el cociente de autismo.

Las personas que tenían mascotas debían responder sobre el nivel de apego que sentían hacia ellas con la Escala de Apego a las Mascotas de Lexington, que se divide en apego general, sustitución de personas y defensa de los derechos de los animales. Y, además, sobre la Clasificación Crítica de Mascotas que determina 14 aspectos en los que los dueños antropomorfizan a sus mascotas, es decir, les atribuyen cualidades humanas.

El apego a las mascotas

Los resultados de estos cuestionarios mostraron que las personas con mascotas, tanto las diagnosticadas con autismo como las neurotípicas, estaban más satisfechas con su vida que aquellas que no tienen. A su vez, coincidían en las mediciones relacionadas con las mascotas basadas en las actitudes sociales.

Las mascotas ayudan a tener una vida activa y a desarrollar mecanismos para enfrentarse a situaciones estresantes

Al mismo tiempo, los participantes con autismo confirmaron que tener mascotas les ayudaba a tener una vida activa y a desarrollar mecanismos para enfrentarse a situaciones estresantes. El apego entre las macotas y los dueños con autismo se asoció positivamente a las variables de salud mental como la ansiedad social, la soledad y la ayuda social percibida.

Para el segundo estudio, participaron 16 personas con TEA de la primera investigación de Reino Unido, Canadá, Republica Checa, Suecia, Alemania y Dinamarca. En este caso, les preguntaron por sus experiencias con sus mascotas. Una vez transcritas las conversaciones, dos investigadores valoraron las respuestas y las agruparon por temas: «beneficios de las mascotas», «mascotas como alternativa a la socialización» y «mascotas como instrumento para relacionarse con otras personas».

Las respuestas mostraron que cuando los dueños de los animales se sentían vulnerables, las mascotas les ayudaban a expresar sus emociones, y salían de sus zonas de confort para cubrir las necesidades sociales y físicas de los animales. Estos comportamientos indican un apego seguro y un aumento de la capacidad de beneficiar a otras personas de forma altruista, denominada “prosocialidad”.

No todas las personas autistas necesitan mascota

Pese a estos beneficios, el grupo investigador no sugiere que las personas diagnosticadas con autismo adopten mascotas, debido a las dificultades que tienen para cuidarlas: las restricciones de la vivienda, los ingresos irregulares o al temor de no cumplir con los cuidados de sus mascotas. Además, en regiones como Estados Unidos, las personas adultas con autismo reciben menos atención del sistema de cuidados que los menores.

Los participantes del segundo estudio propusieron crear un programa en el que las personas con autismo sean aconsejadas por un mentor sobre el cuidado de las mascotas, y que les ayuden económicamente para poder adoptar animales de las protectoras. El adiestrador también podría registrar los beneficios de esta relación.

Otra opción sería organizar grupos centrados en el cuidado de las mascotas, que permitieran establecer canales de comunicación a los participantes. Trabajar en las protectoras también sería beneficioso porque les ofrecería una oportunidad de empleo.

La investigación concluye que debido a la «evitación social» que suelen sufrir las personas diagnosticadas con autismo, las mascotas sustituyen el contacto humano y consiguen que se sientan acompañadas. Además, les ayudan a desarrollar habilidades sociales y mejoran su salud mental.

En España, la asociación DogPoint es la única organización que entrena a perros para acompañar a menores con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA). Entre los objetivos de este proyecto están el ayudar al desarrollo psicosocial del menor autista, mejorar su ocio, la calidad de vida de su familia y garantizar su seguridad.

Las personas diagnosticadas con autismo pueden sufrir rechazo por parte de la sociedad. Debido a esta discriminación y a la que padecían las madres de los niños con este trastorno, la genetista Nagwa Abdel Meguid  fundó una “biblioteca genética” para entender mejor el autismo.

REFERENCIA

‘They ask no questions and pass no criticism’: A mixed-methods study exploring pet ownership in autism