La escultura de La niña sin miedo es un icono que expresa valentía, reclamando más presencia de mujeres en el centro financiero de Wall Street, y una de las atracciones turísticas más populares de Nueva York.  Sin embargo, en torno a su figura se ha desatado una auténtica guerra política y social que puede terminar con su retirada.

Rafa Mingorance, autor de Diario Vivo New York, explica en este vídeo las polémicas desatadas en torno a la escultura.

Texto de Rafa Mingorance:

Nació el Día Internacional de la Mujer

Sus manos en la cintura recuerdan al mundo financiero que debe aumentar la presencia de las mujeres en los consejos de dirección de las empresas

Apareció por sorpresa el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Era la escultura de bronce de una niña delante del toro de Wall Street. Su cara desafiante y sus manos en la cintura recuerdan al mundo financiero que debe aumentar la presencia de las mujeres en los consejos de dirección de las empresas. Hacerlo supondría reconocer el liderazgo femenino frente al machismo que, todavía hoy, sigue existiendo en el mundo de los negocios. Desde que se instalara en 2017, a la obra se la conoce, en todo el mundo, como La niña sin miedo  y surgió de una iniciativa de la empresa financiera State Street Global Advisors y la escultora, de origen uruguayo, Kristen Visbal. La escultura pesa 113 kilos y mide 121 centímetros. Según explicó Visbal en una entrevista al Wall Street Journal, para modelar su figura se inspiró en la hija de 7 años de una amiga y en una niña latina de 9. Hoy la obra puede verse frente a la Bolsa de Nueva York y permanecerá allí, como mínimo, hasta 2024, momento en que la Comisión de Preservación de Monumentos Históricos decidirá si la retira o permite que se quede para siempre.

Críticas: ¿un golpe de marketing?

La estatua de  La niña sin miedo es un fenómeno viral. Son muchas las mujeres que se hacen selfies con ella y luego cuelgan las imágenes en sus redes sociales. La actriz Jessica Chastain y Chelsea Clinton, hija del expresidente estadounidense Bill Clinton, han defendido la escultura y han instado a mantenerla para siempre en la calle como parte del mobiliario urbano de Nueva York. Pero no todo son alabanzas. También hay personas que critican la obra porque aseguran que es un acto de «feminismo corporativo» y de «golpe de marketing».

La “hipocresía” corporativa

De los 28 altos cargos que tenía la empresa en 2017, tan solo cinco eran mujeres

Lo que State Street Global Advisors hizo con La niña sin miedo  fue enviar un mensaje claro a la América corporativa: es hora de que los consejos de administración sean más diversos y de que incluyan a más mujeres. Pero, ¿fue la propia compañía coherente con este mensaje? La respuesta es NO. Un artículo publicado en The New York Times, en marzo de 2017, afirmaba que de los 28 altos cargos que tenía la empresa, tan solo cinco eran mujeres. De hecho, State Street Corporation, matriz de State Street Global Advisors, acordó pagar 5 millones de dólares para resolver las reclamaciones de 305 ejecutivas que ganaban menos salario que los hombres que ocupaban los mismos puestos de responsabilidad. En el acuerdo, los funcionarios del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos también alegaron que State Street discriminaba a 15 vicepresidentes afroamericanos. Durante años, les pagaron menos dinero que a los empleados blancos que hacían el mismo trabajo.

La guerra entre artistas: el toro frente a la niña

Con La niña sin miedo delante, el toro se ha convertido en lo peor que representa el poder económico en manos de los hombres

Pero la compañía financiera no es la única que está envuelta en la polémica. La autora de la ‘niña sin miedo’, Kristen Visbal, también. El escultor del toro de Wall Street, el artista Arturo Di Modica, inició una batalla legal contra la ciudad de Nueva York para exigir que se retirara la estatua de la niña. El escultor, de origen siciliano, aseguraba que era, tan solo, una artimaña publicitaria que alteraba el sentido de su trabajo. Según Di Modica, su escultura es un símbolo de prosperidad y fuerza. Con La niña sin miedo delante, el toro se ha convertido en lo peor que representa el poder económico en manos de los hombres.

Copias ilegales de “La niña sin miedo”

Y no es la única disputa que Kristen Visbal mantiene abierta. También se enfrenta a State Street por violación de marca y derechos de autor. En 2019, la empresa demandó a Kristen Visbal, alegando incumplimiento de contrato. Según el departamento legal de la compañía financiera, la escultora había vendido copias de La niña sin su consentimiento y esta circunstancia había provocado un daño irreparable. Por su parte, Visbal presentó una contrademanda alegando que State Street quiere impedir la difusión del mensaje de igualdad de género que representa su obra. La escultora afirma que ya ha gastado cerca de 2,7 millones de dólares en honorarios legales, dinero que ha extraído de los ingresos obtenidos con las copias de La niña sin miedo.

Su futuro no está claro más allá de 2024

La niña sin miedo representa un nuevo tipo de monumento público que empezó en forma de campaña publicitaria hecha por una empresa privada. Y esto sienta un precedente sobre cómo el poder empresarial se extiende por el espacio público con sus obras comerciales.

Hoy la escultura es un icono mundial, pero su futuro todavía no está claro más allá de 2024. Su destino depende de los miembros de la Comisión de Preservación de Monumentos Históricos, un grupo nombrado por el alcalde de Nueva York, que se encarga de supervisar la colección de arte que habita en las calles de la ciudad. Además de icono, La niña sin miedo representa un nuevo tipo de monumento público que empezó en forma de campaña publicitaria hecha por una empresa privada. Y esto sienta un precedente sobre cómo el poder empresarial se extiende por el espacio público con sus obras comerciales. Al menos, eso es lo que aseguran sus detractores. Más allá de que la niña sin miedo permanezca o no frente a la Bolsa de Nueva York, ya ha dejado su huella en la historia. Muchas mujeres se sienten identificadas con ella porque expresa una injusticia que sigue sin corregirse. Según la ONU, las mujeres de todo el mundo podrían aumentar sus ingresos hasta un 76% si desapareciera la brecha en la participación del empleo y las diferencias salariales que existen entre mujeres y hombres. Se calcula que esto tendría un impacto, en la economía global, de casi 17 billones de dólares estadounidenses