Directamente. Busca en tu programa de correo la opción de encriptar. Al mandar el correo, le da una clave al destinatario que le permite abrir ese mensaje.

En una web. Si tu correo no es capaz, hay plug-ins, como Crypto Anywhere, que añaden la función. O hay webs, como Thawte o Verisign, que generan claves.

[image id=»17183″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]

Dos claves. Si te decides por usar webs de encriptación, te mandarán una clave para poder crear el mensaje cifrado, que también te
servirá para abrir las contestaciones.

Redacción QUO