Gracias a un nuevo material, en el futuro, los ordenadores reciclarían parte del calor que generan como energía eléctrica. Se trata del semiconductor arseniuro de galio al que le han incorporado manganeso. En este tipo de material el calor afecta al espín, (básicamente la rotación de partículas elementales) de sus partículas: cuando en uno de sus lados se eleva la temperatura, la rotación resulta ser la opuesta que en el lado frío. Esto permitiría crear un dispositivo termoeléctrico de alta eficiencia.

El descubrimiento, realizado por Joseph Heremans, especialista en nanotecnología y por Roberto Myers, ingeniero electrónico, ambos de la Universidad de Ohio supondría un avance enorme en la tecnología informática ya que expertos de todo el mundo buscan un sistema para utilizar el espín de los electrones para leer y escribir información ya que logran contener más datos, en menos espacio al tiempo que son más rápidos y consumen menos energía.

Myers y Heremans intentan combinar la termoelectricidad con la ciencia que estudia el espín: la “espinotrónica” en una nueva disciplina: la termoespinotrónica. Esta sería “una posible base para nuevos ordenadores, en parte debido a que no generarían calor”, asegura Heremans.

Y Myers, por su parte, aclara que “al mismo tiempo que la industria electrónica intenta construir ordenadores más pequeños, el factor que la limita es el calor que esos circuitos producen, pero si ese calor se pudiera convertir en energía eléctrica, el límite se reduciría mucho”.

Juan Scaliter