En la piel hay millones de diminutos sensores de varios tipos, que responden ante estímulos como la temperatura, la presión y el dolor, y que son los responsables del tacto.
Pero estos receptores no están distribuidos homogéneamente a lo largo de todo el cuerpo, sino que existen zonas más sensibles que otras.
Lo puedes comprobar mediante este sencillo experimento: coloca dos dedos ligeramente separados sobre la piel de otra persona y pregúntale cuántos dedos siente.
Dependiendo de dónde la hayas tocado y de la separación de los dedos, puede que note un solo contacto.
Separa los dedos poco a poco, hasta que note los dos. La separación entre ambos será la medida en centímetros de su sensibilidad táctil en esa región del cuerpo.
Redacción QUO
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