Su robot gemelo ha hecho amigos en su nombre. Él cree que las máquinas nunca quedarán libres de nuestros deseos y que algún día, cuando las apaguemos, morirán casi de forma humana. Está considerado uno de los científicos más geniales del mundo. En 2005 se operó todo el cuerpo y la cara para mantenerse tan joven como su androide Geminoid HI-2. Hiroshi Hishiguro, director del laboratorio de Inteligencia Robótica de la Universidad de Osaka, ha venido al CosmoCaixa de Barcelona con motivo de la celebración del décimo aniversario de la película Inteligencia artificial. Siempre viste de negro y utiliza la cámara del iPhone para peinarse. “Quiero cambiar el mundo con la tecnología robótica”, afirma sin atisbo de sonrisa.
P ¿Su Geminoid HI-2 es solo un avance de nuestro futuro robotizado?
R No lo sé con certeza. Pero sí veo claro que los androides, y Geminoid no será una excepción, deberán hacerse cargo de tareas específicas, como dar clases en las escuelas, cuidar de nuestros ancianos en las residencias, etcétera.
P ¿Provocarán rechazo aquellos androides que se nos parezcan demasiado?
R Lo dudo. A la gente le gusta hablar con ellos precisamente por su apariencia humana. Ha quedado demostrado con las pruebas en las calles y los edificios de Osaka. Estableceremos una relación tan estrecha con los androides que dejarán de ser objetos, y cuando mueran los enterraremos en cementerios.
P ¿Cómo se siente delante de su robot gemelo, Geminoid?
R Bueno, se trata de una copia de mí mismo; por tanto, yo a él lo percibo como si fuera un hermano.
P ¿Cuándo podría en-trevistarlo?
R Siempre que quiera.
P ¿Y piensa de forma distinta de usted?
R Si queremos androides autónomos, tendremos que esperar varias décadas, porque antes hay que entender nuestra capacidad de reflexión. ¿Cómo procesamos los datos que obtenemos del exterior? ¿Generamos ideas nuevas o nos limitamos a repetir lo memorizado? Habrá que resolver estas cuestiones primero.
P ¿Planea fabricar androides que serán copias exactas de líderes como Barack Obama y Benedicto XVI?
R Existe la posibilidad de hacer algo por el estilo, pero me interesa poco. Los androides actuales gozan de movimientos limitados, solo hablan y son teledirigidos. Una máquina convertida en líder mundial debería carecer de responsabilidades que afectasen a nuestra seguridad, ya que tienen una capacidad de decisión muy limitada. Aquí nos meteríamos en un terreno peligroso, y mi campo de estudio va por otro camino.
P ¿Y un androide gestionaría bien un banco?
R Los actuales sistemas informáticos, los que utilizamos en la actualidad, en buena medida ya nos controlan; y resulta que los robots no son otra cosa que una extensión de los ordenadores. Por tanto, esta posibilidad sí que la veo factible.
P ¿Ríe y llora con los robots?
R Hasta el momento, no; pero tengo un alumno que se ha enamorado de una chica androide. Cuando está con ella, se excita, se le suben los colores a la cara, sus ojos cambian de expresión…
P ¿Algún día los robots fabricarán seres humanos?
R Para responderle, primero deberíamos definir qué es el ser humano. ¿Usted lo sabe? Yo no, y busco una respuesta a este enigma precisamente mediante la creación de androides.
P Dotados de emociones, ¿los robots conocerán la maldad?
R De momento, nos limitamos al análisis de la bondad. Nuestros estudios distan mucho de descubrir la naturaleza de las emociones humanas. El tema de la maldad todavía no lo hemos abordado.
P ¿Llegará a existir Terminator?
R En Estados Unidos trabajan para crear máquinas militares muy sofisticadas. En Japón, en cambio, la robótica persigue fines pacíficos. Carezco de imaginación para la guerra.
P ¿Cuando los humanoides se vuelvan inteligentes los trataremos como siervos, colegas o empleados?
R Eso queda por concretar. Si nuestra civilización decide otorgar derechos civiles a una máquina, yo lo veo bien. Es más, cuando se emplee un robot para desempeñar un trabajo, espero que se haga a cambio de un salario. Yo, por ejemplo, quiero cobrar por la clases que da Geminoid-HI 2, y los alumnos apoyan mi petición.
P ¿Serán inmunes a las enfermedades?
R No. Les tendremos que cambiar las piezas cada cierto tiempo, además de actualizar su software. En la actualidad, los androides requieren de labores de mantenimiento porque su estructura es más débil que la nuestra. Sufrirán enfermedades distintas que los humanos.
P ¿Los robots llegarán a entender el significado de la muerte?
R Si usted es capaz de entenderlo, ellos también. Aquí lo importante es quién y cómo definimos la muerte. Una vez logrado este punto, resultará fácil crear un programa capaz de transmitirle el concepto al robot.
P ¿Una androide educará mejor a un niño?
R Dependerá del grado de sofisticación que tenga el software que se le haya insertado a la “mamá robot”.
P ¿En qué actividades los robots nos resultarán indispensables?
R Ya sustituyen a la gente en las cadenas de montaje. Los androides acabarán teniendo mejores trabajos que los humanos, y también nos proporcionarán sexo.
P ¿Y cómo será la relación entre robots y mascotas?
R El androide estará a medio camino entre la mascota y el ser humano, dado que será inteligente, pero no tanto como nosotros. Hace un año, experimenté la cuestión que plantea con mi perro. Se comportó con el Geminoid igual que conmigo.
P ¿Algún día los androides le ayudarán a crear mejores máquinas?
R Disponemos de una tecnología limitada. ¿Cuándo será creativo un androide? Cualquiera sabe. No me atrevo a pronosticarlo todavía.
P ¿Los robots son bellos?
R La versión femenina, sí. Estamos haciendo unas chicas androides más bellas que algunas mujeres. Eche un ojo en YouTube a Geminoid F. Mírela elegante sobre el escenario. Es una androide teledirigida que participa en una obra de teatro. Alguien ya ha dicho de ella que representa la encarnación de la Virgen María.
P ¿Puede ser bello algo que carece de alma?
R Me plantea una cuestión desde el punto de vista de la cultura occidental. Primero quiero saber en qué consiste el alma. Yo sigo intentando entenderlo. ■
Rafael Mingorance