Previamente habíamos hablado de la familia Echo y cómo Alexa aprendió a hablar español. También hablamos de las ventajas que a primera vista presentaba el último dispositivo presentado por Amazon, el Echo Show, pero aún no habíamos convivido con él.
Ahora, un mes después de su llegada a España y tras haberlo probado en profundidad, podemos explicar ir a los detalles.
¿Inteligente? Sí, pero…
El Echo Show sigue la premisa de los otros altavoces de la familia Amazon. Es sencillo de programar y configurar. Ha llegado, por fin, la opción de diferenciar voces (en la app Alexa, hay que ir a Configuración), algo muy interesante a la hora de diferenciar el contenido: detecta inmediatamente quién le habla en casa y el contenido es adecuado para la edad y los intereses.
En este sentido es tan eficaz como lo son sus “hermanos”. El problema, por llamarlo de algún modo, es que el Echo Show tiene una pantalla de 10 pulgadas, estamos ante una suerte de tablet a la que controlamos mediante la voz. Y se le pide más. En lo que respecta a sonido, sorprende por la calidad, aún cuando el volumen sea muy alto: no hay distorsión ni estridencias.
Las skills, es decir las habilidades, son adecuadas, sobre todo aquellas que sacan partido de la pantalla y permiten interactuar con ella. Pero aún no despegan: apenas son “traducciones” de aplicaciones existentes que no explotan las capacidades de Alexa ni la pantalla táctil.
Una actualización reciente también permite que hagamos videollamadas por Skype, ya no solo a otros usuarios de Amazon.
La creación de rutinas es una gran ventaja: podemos programarla para que, al decirle “Alexa, buenos días”, conecte nuestra radio preferida, active la luz del pasillo, “despierte a la cafetera”…lo que le enseñemos a hacer.
Todas estas cualidades hacen que no se sienta cómodo en el salón, allí compite con la televisión. La cocina, podría ser un lugar más adecuado: como pinche es muy bueno, nos permite seguir las recetas, programar tiempos y coordinarse con aplicaciones de cocina. Pero el lugar en el que siente verdaderamente a gusto es en las habitaciones. Allí su pantalla da mucho juego, ya sea para películas antes de dormir, juegos o programar actividades.
Allí la pantalla también hace de mirilla inteligente si la enlazamos con una cámara conectada a la puerta de entrada.
También posee el modo susurro, que le hace responder en voz muy baja, perfecto si hay alguien durmiendo.
¿Qué le falta entonces?
Básicamente una sola cosa: tiempo. Aún no hay otro sistema de vídeo en streaming más allá de Prime Video. Ni Netflix ni HBO, Rakuten, etc. forman parte del acerbo digital del Echo Show. Y en lo que respecta a Prime Video, Alexa debe aprender mucho. A menos que seamos muy básicos y concretos, Alexa se lía. Resulta frustrante tener una pantalla táctil en la que no aparezca un listado de las skills y solo se le puedan pedir por comandos de voz. Solicitarle que abra Prime Video Infantil puede ser una tarea imposible. Pone otras películas, canciones desconocidas (hay una de los años 60 llamada Las tres hijas de Drácula, lo aprendimos cuando mi hija quizo ver Hotel Transilvania 3). Sería más sencillo e inclusivo que también se pueda acceder mediante la pantalla táctil o que Alexa nos sugiera abrir las categorías más utilizadas en lugar de tener que ir paso a paso. Otra opción sería usar el móvil como “mando”: al seleccionar Prime Video o Prime Music en la aplicación del teléfono, podría darnos la opción de reproducir en un Echo.
La tecnología es muy reciente y requiere una etapa de feedback de los usuarios para dar todo lo que su potencial permite sospechar.