Un equipo de ingenieros de Google Deepmind, ha publicado un desafío dirigido a la comunidad de desarrolladores de inteligencia artificial (IA). Quieren conseguir una IA que sea capaz de participar en un juego de cartas llamado Hanabi.

Ya hemos visto caer a los grandes es esta área. El primero fue DeepBlue, de IBM, venciendo al Gran Maestro de ajedrez Gary Kaspárov, pero ha habido más como DeepStack y Libratus en el mundo del póker y más recientemente AlphaGo, de los propios Deepmind, contra los grandes maestros del Go.

¿Por qué es un reto desarrollar un sistema para jugar a un simple juego de cartas?

Hanabi, a diferencia de los juegos clásicos, es un juego cooperativo. Eso significa que todos los jugadores colaboran para llegar a un objetivo común. Si no ganan todos, todos pierden.

Este juego requiere de colaboración y comunicación, que son retos distintos a los que planteaban los otros juegos, y por tanto, capacidades que no están desarrolladas hasta ahora.

Human and cyborg heart shape hands

Donald Iain SmithGetty Images

La IA tiene que ser capaz de establecer un protocolo de comunicación con los humanos durante la partida. El problema añadido es que los humanos tendemos a adoptar convenciones de manera orgánica, evolucionando incluso a lo largo de la partida, en vez de establecer una serie de reglas fijas y ceñirnos a ellas.

Además, en el Hanabi, la información transmitida no se limita solamente a la pista en sí, sino que también influye mucho cuándo se ha dado, dependiendo enormemente la intención de cada pista del contexto de la partida. Por tanto, la IA tiene que ser capaz de deducir el propósito de las acciones de los demás jugadores, debe adivinar lo que el otro está pensando y el por qué de sus acciones.

Artificial intelligence, illustration

ANDRZEJ WOJCICKI/SCIENCE PHOTO LIBRARYGetty Images

El equipo de Deepmind que ha propuesto el reto ya se ha enfrentado al problema y se ha dado cuenta de que las inteligencias artificiales más avanzadas del momento no son capaces de resolver bien este juego.

Por ahora en la cooperación, ganamos los humanos, pero ¿por cuánto tiempo?

Fuente: Paradigma Digital

Esther Sánchez