Los teóricos de la conspiración pueden descansar tranquilos. Los receptores de global positioning system (GPS) son simplemente eso: receptores. Son mecanismos pasivos que interceptan las señales de radio enviadas por una red de 24 satélites primarios situados a una órbita terrestre media.
Calculando el tiempo que una señal tarda en alcanzar el dispositivo desde cualquiera de nuestros satélites, un aparato dotado de GPS puede localizar la posición de usuario. Para que alguien pudiera rastrearnos, el GPS debería tener la posibilidad de transmitir dichos datos de posición, bien mediante un teléfono móvil, un radio transmisor, un servicio de emergencia 911 o internet por cable. La mayoría de los dispositivos GPS más sencillos son receptores pasivos.
Redacción QUO
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