Esta semana se han llevado a cabo en Zurich, Suiza, las primeras prácticas para los Juegos Olímpicos Biónicos, bautizado Cybathlon, es el evento deportivo que se celebrará en la capital helvética en octubre de 2016 para deportistas con prótesis y usuarios de una interfaz ordenador-cerebro.
El responsable del evento es el Instituto Federal Suizo de Tecnología (EHT) y este ensayo perseguía diseñar adecuadamente los circuitos y competencias que se llevarán a cabo el año que viene.
Algunos de los eventos, tales como las carreras de obstáculos para personas con brazo o pierna motorizada, resultaron demasiado fáciles para los participantes. Aunque los circuitos recrean los inconvenientes a los que se enfrentan estos atletas en su vida diaria, el grado de complejidad no les exigía mucho esfuerzo en algunos casos.
Otros, en cambio, tuvieron serias dificultades para enfrentarse a sus pruebas. Ninguno de los pilotos que operan las sillas de ruedas eléctricas fueron capaces de completar la carrera de obstáculos.
Además de proporcionar un campo de pruebas para los juegos olímpicos biónicos, el evento también funcionaba como un punto de encuentro para los desarrolladores de dispositivos biónicos.»Estas tecnologías ya están muy avanzados en algunas áreas – explica Robert Riener, profesor de la ETH Zurich y fundador de la juegos olímpicos biónicos –.Pero si los juzgamos de acuerdo a su aptitud para la vida cotidiana, se hace evidente que la investigación y el desarrollo todavía tienen un largo camino por recorrer».
[image id=»70948″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]El Cybathlon tendrá como disciplinas la carrera controlada por medio de una interfaz cerebro-ordenador (como un videojuegos de carreras de coches, pero controlado por la mente), la carrera de bicicletas con estimulación eléctrica funcional (unos parches pasan corrientes eléctrica a los músculos de los deportistas para que se muevan) y carreras con sillas de ruedas, exoesqueletos y prótesis. La primera generación de estrellas del deporte cibernético está a sólo un año de distancia.
Juan Scaliter
