En ciertos aspectos, la física cuántica cada vez se parece más a un episodio de Star Trek en donde los nombres extraños (spin, quark, etc.) conviven con fenómenos extraordinarios como la teleportación cuántica. Y esto último es precisamente lo que ha conseguido un grupo de científicos del National Institute of Standards and Technology (NIST): llevar un objeto desde un punto del universo a otro sin que atraviese el espacio. La teleportación cuántica se basa en el fenómeno conocido como entrelazamiento cuántico en el que las partículas subatómicas pueden unirse e influirse instantáneamente sin importar cuan lejos se encuentren. Son un único sistema y sus propiedades están correlacionadas.
“La teleportación cuántica, explica Martin Stevens, uno de los responsables del artículo publicado en The Optical Society – nos permite enviar un estado cuántico a un sitio lejano con la ayuda del enlace cuántico y comunicaciones habituales. Desde los primeros experimentos, la distancia ha ido aumentando cada vez más y ahora somos capaces de sobrepasar los 100 kilómetros”. Así, lo que se envía en verdad es la información completa de una partícula, en este caso un fotón, no el fotón. Como si se enviara el ADN de una persona, solo que con todas sus experiencias e historias personales.
Los científicos utilizaron fibra óptica para teleportar fotones 102 kilómetros. El envío instantáneo de información, podría propiciar el desarrollo de una internet cuántica que permita enviar mensajes a mayor velocidad y con más seguridad. “Una internet cuántica – explica Stevens – facilitaría el establecimiento de protocolos de seguridad mucho más altos que los que se usan en el presente”.

Juan Scaliter