Un ciudadano ruso, de 28 años, ha realizado una demanda a Bethesda Game Studios, desarrolladores de Fall Out 4 después de ser despedido de su trabajo y que su mujer lo dejara por su adicción al mencionado juego.Por todo ello exige que la firma le pague medio millón de rublos, unos 5.500 euros aproximadamente.

El joven, habitante de la localidad siberiana de Krasnoyarsk, señala que en ningún sitio se advertía de lo adictivo que resulta el juego, algo que le llevó a pasar tres semanas encerrado y dedicado de forma exclusiva al entretenimiento. Tanto que no sol perdió empleo y pareja, su corazón también se resintió al no dormir y alimentarse adecuadamente, según se relata en un periódico ruso.
El caso puede sentar un precedente en la justicia rusa y sus abogados quieren ver “cuan lejos pueden llegar”. Hay referentes de casos similares en Estados Unidos. En 2010, un juez federal de Hawaii aceptó la demanda de Craig Smallwood, un joven que afirmó ser adicto al Lineage II. El veredicto obligó a la empresa NCsoft a pagar los gastos de abogado que Smallwood había tenido en los seis meses del juicio.
Quizás a los abogados del joven siberiano también les interese utilizar en el juicio el reciente estudio realizado por la American Psychiatric Association y publicado en Addiction Biology, sobre los Desórdenes por Juegos en Red o IGD por sus siglas en inglés. En él se analizan los efectos en el cerebro de adictos a los videojuegos. Entre las conclusiones del trabajo destacan la posibilidad que este tipo de conducta provoque síntomas como aumento en la distracción, falta de control y conexiones cerebrales que a menudo se observan en pacientes con autismo o esquizofrenia.

Redacción QUO