El título del artículo publicado en Science lo dice claramente: “Un motor térmico de un solo átomo”. Los motores térmicos, que convierten la energía térmica en trabajo mecánico (por ejemplo movimiento) han desempeñado una función vital en la sociedad desde la Revolución Industrial. A medida que se ha avanzado en conocimientos y tecnologías, los científicos han forzado los límites de la miniaturización de estos sistemas hasta llegar a lo que podría ser un límite físico: un motor térmico de un átomo. Para conseguirlo, el equipo dirigido por Johannes Roßnagel, sometió a un ión de calcio a dos temperaturas diferentes durante un mismo ciclo: por un lado a una temperatura elevada mediante un campo eléctrico oscilante y por otro se enfriaba con un láser. Ambos “estímulos” creaban un movimiento axial similar al de un pistón en un motor de vapor. La energía producida era de unos 3.4 × 10–22 joules por segundo (J/s), lo que traducido a un tamaño mas convencional, aseguran los autores, es el equivalente a la energía que produce el motor de un coche.
Roßnagel ya anunció esta posibilidad dos años atrás en un artículo publicado en Physical Review Letters.
Juan Scaliter