Se habla mucho de los catadores de vino pero, ¿qué pasa con esos bebedores expertos de cerveza que saben olfatear la cebada a cinco kilómetros a la redonda? Para velar por ellos y para garantizar que la cata de la ‘rubia’ sea una grata experiencia, un equipo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) descubrió en 2016 un método simple y económico para analizar en el momento si la cerveza estaba rancia.
Según un estudio publicado en la revista Analytical Chemistry, este dato puede obtenerse gracias al furfural presente en la bebida, un componente químico que aparece en el proceso de envejecimiento de la cerveza y que le da ese inconfundible y desagradable sabor amargo. Y no hace falta que lleves la muestra a ningún laboratorio. Los investigadores madrileños han desarrollado unos discos sensores que son capaces de detectar furfural en tu birra. Estos sensores, fabricados con el mismo material que llevan tus lentillas, cambian de color cuando encuentran el amargo elemento en tu bebida y puedes verlo gracias a un smartphone.
Según explicaba a la Agencia SINC la química Elena Benito-Peña, «hemos incorporado en el material sensor un derivado de anilina que reacciona con el furfural originando un derivado de cianina de color rosa que nos permite identificar la presencia del marcador en la muestra. La intensidad del color aumenta con la concentración de furfural en la cerveza y, por tanto, con el tiempo transcurrido desde su fabricación».
Fuente: Agencia SINC