Como un grupo de adolescentes que dan juntos su primer paseo en coche, sintiéndose libres y adultos. Así de excitados es como debió sentirse el equipo de investigadores que ha inventado el tejido del futuro, uno de tantos que nos hace soñar con las prendas que llevarán nuestros nietos. Quien los viera en su automóvil, con un palo al que habían atado un trapo, a modo de bandera, que sacaban por la ventanilla, diría que los científicos del Instituto de Tecnología de Georgia eran unos frikis inmaduros. Pero no.

El trapo, del tamaño de un folio, no era el juguete del día. Era un tejido de última tecnología, muy similar al algodón, que había sido diseñado según los últimos avances en materiales y que, si el experimento salía bien, sería el primero en captar energía de dos fuentes distintas -mecánica (el movimiento) y ambiental (el sol y el viento)- Y funcionaba. Su bandera era una pila y una tela.

La revista Nature Energy ha publicado un artículo en el que los inventores explican los entresijos del funcionamiento del nuevo tejido. El material es flexible, transpirable y ligero. Más importante aún, está compuesto por fibras asequibles y poco contaminantes: polímeros recubiertos de metales y semiconductores. Eso significa que, además de avanzado, es un material útil que podría fabricarse a nivel industrial.

Los detalles acerca de la cantidad de energía que puede llegar a producir son una incógnita, pero el artículo deja claro que es suficiente como para cambiar tus rutinas. Dos de las funciones en las que han pensado los investigadores son las de alimentar continuamente un reloj de muñeca electrónico y cargar directamente un teléfono móvil. Para que siempre lleves el cargador encima, nunca tengas que preocuparte en enchufarlo y no te des ni cuenta.

Redacción QUO