Kappa Girl, una joven de Shanghai, tuvo su minuto de fama en la web cuando publicó un vídeo casero en el que aparecía manteniendo relaciones sexuales. Un caso sin importancia, de no ser porque el vídeo burló la censura china. Anécdotas como esta demuestran el inmenso potencial de China en la red, un país que tiene unos 250 millones de internautas, lo que supera ya a EEUU. Sin embargo, los chinos no pueden navegar libremente. El Gobierno chino ha perfeccionado la tecnología para limitar el acceso a la red. Y con ello también ha alargado su dedo a la hora de señalar webs que no “creen un ambiente saludable para los niños” del país asiático. De hecho, en enero y en solo tres días han cerrado 91 páginas por “contenidos obscenos”.
Redacción QUO
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