Series de televisión como “Black Mirror” nos han mostrado cómo en el futuro la tecnología va a ir adaptada a nuestro cuerpo de una forma brillante a la par que muestra los peligros de la misma. Uno de ellos en concreto ha quedado impregnado en nuestras mentes, nunca mejor dicho, en el cual nos muestra un mundo en el que nuestros cerebros funcionan como verdaderos discos duros en los que se guardan todas nuestras vivencias y recuerdos, a los que podemos acceder siempre que queramos con solo acceder un botón. ¿Y si pudiéramos no solo registrar lo que hay en nuestro cerebro, sino ir más allá, unirlo a la red. Parece que ese futuro cada vez está más cerca que lejos y el proyecto se llama Brainternet.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Johannesburgo ha querido dar un paso de gigante en la ciencia y probar algo inusual: conectar un cerebro humano a Internet. No es algo que resulte tan fácil, pero no os preocupéis, que no implica hacer cirugía invasiva en la cabeza, ni adaptarle un USB, tipo Matrix.
Tal y como apunta el equipo de neurocientíficos y de ingenieros, se han servido de un electroencefalograma (EEG), un sistema que registra la actividad del cerebro, para transmitir la actividad neurológica a un ordenador muy barato conocido como “Raspberry Pi”. Este, entonces, transmite en directo esta información a un programa que se ejecuta en una página web a la cual, todo el mundo puede acceder en cualquier momento. Quizá no es lo que estabais esperando, pero supone una ventana abierta a la actividad neuronal de una persona y disponible para todo el mundo.
[image id=»92094″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]Por lo tanto, es un paso a lo que puede ser el futuro. Un proyecto primigenio que resulta revelador de todo lo que es capaz el ser humano de hacer con tecnología adaptada a nuestro cuerpo: “Estamos permitiendo que el usuario interactúe con su cerebro. Puede ver en tiempo real cómo reacciona ante un estímulo y ver así la respuesta que este le ofrece. Pueden reconocer lo que sucede en su cabeza”, apunta el coordinador del proyecto, Adam Pantnowitz. Desde este punto, su siguiente paso es que en un futuro no solo la información vaya en una dirección, sino en las dos, tanto de entrada como de salida. Lo que supondría aplicar al cerebro información que llega desde el exterior.
Esta idea es más compleja, ya que los ordenadores funciona con el sistema binario basado en “unos” y “ceros”, pero el cerebro humano puede llegar a tener miles de billones de transmisiones bioeléctricas que se unen a pensamientos y acciones, y estos aún no se pueden representar con el lenguaje binario. Por lo tanto, la dificultad residirá en cómo transformar esas acciones en lenguaje binario para que gracias a simples estímulos al cerebro desde un ordenador, se pueda controlar el cuerpo del usuario.
Fuente: IFLScience
Redacción QUO
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