“Un gran poder requiere una gran responsabilidad”. Estas son las palabras del parlamentario de California, Miguel Santiago, tras el anuncio de Elon Musk, de que su empresa “The Boring Company” había comenzado a vender 20.000 unidades de un nuevo lanzallamas. Un artilugio que, por el momento, puede comercializarse ya que la llama que desprende es más corta que el límite permitido por el departamento estadounidense de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, que son 3 metros. ¿Entonces?

El señor Santiago no siente que un arma que se publicita como “la mejor forma de garantizar la diversión” es lo más responsable que puede hacer. En un primer momento, pensó que se trataba de una broma y que no iba en serio, pero parece que el éxito de las compras (+10.000 a 400 euros) y que Musk no se haya pronunciado en contra asegurando que todo se trata de una campaña publicitaria, ha puesto muy nervioso al parlamentario.

Ahora, apunta, está dispuesto a sacar una ley para que este lanzallamas no se venda, al menos, en el estado de California: “En muchas ocasiones, la tecnología y los inventos benefician a la sociedad, pero no están disponibles para el público. Por ejemplo, no permitimos a la gente ir por la calle con tanques militares o munición. Ni siquiera puedo imaginar los problemas que un lanzallamas podría causar a los bomberos y policías», apunta Santiago. Mucho más aún, apunta, tras los grandes incendios que han devastado California, “no es para tomárselo a broma”.

Elon Musk ha asegurado que, por el momento, 49 de los 50 estados permiten su venta. ¡Quién sabe si pronto serán 48!

Alberto Pascual García