Después de más de uno año cayendo sin control desde el espacio en dirección a la Tierra, finalmente la estación espacial china Tiangong-1 ha entrado en la atmósfera terrestre y ha impactado en un punto al sur del océano Pacífico. Ha sucedido esta madrugada, a las 2:15 hora española, muy lejos de donde se esperaba en un primer momento y 30 minutos antes de lo esperado.

Según un comunicado emitido por la Oficina de Ingeniería Espacial Tripulada de China se esperaba que su caída fuera al sur del océano Atlántico, frente a las costas de la ciudad brasileña de Sao Paulo, pero finalmente ha sido a miles de kilómetros al noroeste de Nueva Zelanda. Hay que tener en cuenta que la velocidad con la que se acercaba a nuestro planeta era de unos 27000 km/h, por lo que esa diferencia de media hora no prevista ha hecho que el punto de caída haya sido diferente al previsto en un primer momento. Por lo que sabemos, la gran mayoría de los dispositivos que formaban parte de este módulo espacial han sido destruidos en el momento de reentrada a la atmósfera.

Tal y como se predijo, nadie se ha visto perjudicado por este impacto. De hecho , la Agencia Espacial Europea apuntó que la probabilidad de que algún objeto de esta estación espacial pudiera caer sobre nuestras cabezas era 10 millones de veces más pequeña que ser alcanzado por un rayo.

Tras 7 años en órbita, y más de uno sin saber el punto exacto de caída, finalmente esta estación espacial ha terminado su periplo y no escucharemos más hablar sobre ella. Esperemos que su nueva estación, el Tiangong-2, no decida también volver a la Tierra en unos años de la misma manera que su hermano mayor. Para que os hagáis una idea del tamaño de la estación, medía unos 10 metros de largo y pesaba 8 toneladas y media.

Alberto Pascual García