Cuarenta años después de la película Viaje Fantástico, su “fantasía” se ha hecho realidad. Ya es posible que nanorrobots vaguen por nuestro cuerpo para atacar al núcleo de un tumor o realizar ciertas pruebas que, de otro modo, serían mucho más invasivas. El gran problema de estos microbots es su fuente de energía, conseguir que se muevan sin ayuda externa. Otro gran campo es el de los robots cirujanos como el Da Vinci, ya en uso, y el Trauma Pod, que acaba de desarrollar el Instituto de Investigación Futurista de Stanford(EEUU).
Redacción QUO