Nuestro objetivo es que un robot entienda a un ser humano, desde un gesto al contacto visual.
Deberían venir dotados de las convenciones que rigen las relaciones personales humanas”, asegura Cyntia Breazeal, directora del Laboratorio de Robótica Personal del MIT y experta en emociones robóticas.
Ya hay muchos dotados de emociones; el próximo paso es que sean capaces de aprender y ganen en grado de libertad.
Redacción QUO