Al igual que hoy en día nadie puede vivir sin su móvil, dentro de unos años no podremos concebir nuestra actividad diaria sin un robot. En el campo de la robótica estamos en un momento parecido al que vivía la telefonía móvil hace seis o siete años. No somos conscientes de lo avanzada que está la tecnología, pero el momento de que los androides pasen a formar parte de nuestra vida cotidiana está mucho más cerca de lo que pensamos”, asegura Antonio López, investigador de la UNED y coautor de Robots, genes y bytes: El desarrollo de la tecnología y los cambios sociales hasta 2020, un estudio pionero en el que colaboran expertos del Instituto de Prospectiva Tecnológica de la Comisión Europea sobre cómo se producirá la inserción de la robótica en la sociedad y qué consecuencias traerá. Para empezar, barajan fechas exactas para cada avance. Aseguran, por ejemplo, que en 2027: “La relación entre el ser humano y la máquina será más simple, y se desarrollarán máquinas inteligentes que puedan pensar, ver, escuchar, tomar decisiones y actuar como un ser humano”. Y en 2050, nuestra relación será tal: “Que se puedan convertir incluso en nuestra pareja”, asegura López. Pero empecemos por el principio; no somos conscientes de hasta qué punto la robótica forma ya parte de nuestra sociedad.
Ya están aquí
En la industria automovilística, prácticamente la mitad de la actividad ya está robotizada, y en el sector químico, la automatización se acerca al 30% de las tareas ¿Sabías que las ventas mundiales de robots (sin contar los industriales) en 2008 ascendieron a 2,5 millones de dólares? ¿Y que actualmente hay unos 1.000 millones de robots operativos en todo el planeta? De hecho, los expertos estiman que en 2011 se alcanzarán los 11,5 millones de dólares en ventas de robots de servicios. No en balde, hoy por hoy comprar uno es un 80% más barato que en 1990. En España, precisamente estamos en el sexto lugar mundial en robotización ¿por qué? Pues según Manuel Armada, vicedirector del Instituto de Automática Industrial del CSIC: “España es uno de los cinco mayores productores de coches del mundo, y la mayoría de los robots industriales avanzados están en este sector. También hay un alto nivel de robotización en la fabricación de electrodomésticos, de nuevo un sector muy presente aquí”. Pero ¿cómo será el paso de estos robots del ámbito industrial a nuestro entorno más cercano?
La invasión silenciosa
“Aunque todavía no lo vemos, esta transición ya ha empezado. La aparición de la llamada robótica de servicios se está produciendo de manera silenciosa. Un ejemplo son los robots cirujanos Da Vinci, de los que ya hay unos 300 en todo el mundo, capaces de realizar operaciones delicadas como la extirpación de un cáncer de colon e incluso una operación a corazón abierto. Aunque se han vendido como la manera de que las manos de un cirujano experto y único pueda operar en cualquier parte del mundo sin moverse de casa, en realidad su uso se generalizará en todos los hospitales. En el desarrollo del Da Vinci influyó especialmente el apoyo de la NASA, pues les interesaba que si se producía algún problema de salud en la ISS, por ejemplo, existiera algún sistema para intervenir a distancia. Otra aplicación que ya está muy avanzada es la de la robótica destinada a las personas discapacitadas o con movilidad reducida. También en la recuperación de lesiones en hospitales hay cada vez más robots. En los hogares también existen miles de Roombas, las aspiradores inteligentes, y en Japón ya se comercializan algunos que hacen las tareas del hogar. En definitiva, en los próximos años empezaremos a ver muchas novedades”, cuenta Armada.
Según el estudio de López, en los próximos diez años los expertos que ha consultado confirman que se producirá una introducción paulatina de los robots y sistemas de automatización avanzada en cuatro grandes áreas: “En primer lugar, en el control del tráfico, no solo de aviones, sino también de automóviles, lo que permitirá un aumento de seguridad de los pasajeros y reducirá, en el caso del transporte aéreo, en un 50% los puestos de trabajo respecto al año 2000.
En segundo lugar, los robots nos sustituirán en condiciones extremas: por ejemplo, bajo el agua, llegarán a más 10.000 metros de profundidad. También en el ámbito industrial habrá transformaciones radicales. Y por último, en el campo de la salud existirán microrrobots que permitirán una cirugía no invasiva”. Todo eso está sujeto a que esta tecnología deje de ser tan cara.
Por ejemplo, en el caso de los robots asistenciales para personas mayores, no hay muchas economías que puedan aguantar el coste de un asistente de un millón de euros. En Japón, “una sociedad en peligro de extinción por la rapidez con la que está envejeciendo su población” según Armada, hay ya muchos de estos “cuidadores” en uso. Sin embargo, es muy probable que en el futuro haya grandes rebajas en el precio de los robots que se comercialicen en masa. Según López: “Se convertirá en un objeto de consumo masivo, y su precio no será superior al de otro electrodoméstico de calidad, como un televisor de alta definición”.
Redacción QUO