“Robots, software y algoritmos tendrán que pagar impuestos, o una tasa que revierta en mejoras a la sociedad”. A José Joaquín Flechoso, creador de la plataforma  Cibercotizante, no le tiembla el pulso tras esta idea que defiende

Hace tres años que José Joaquín Flechoso dio vida a Cibercotizante, la plataforma desde la que trabaja para que comiencen a sentarse las bases de un futuro hiper tecnológico, en el que los “robots” serán la primera fuerza laboral de los países avanzados, a años luz de la mano de obra humana. El pilar de su propuesta es fijar tasas, una forma de impuesto a los robots, una recaudación que revierta en el estado de bienestar social, que pague impuestos, médicos, escuelas.

La ciencia ficción nos tiene acostumbrados a mundos distópicos, en los que todo sale terriblemente mal, sin embargo, la propuesta de José Joaquín Flechoso se une al ciberoptimismo que empieza a escucharse en muchos foros. Si mecanizamos el futuro, que sea para bien de la humanidad, ¿no?

«Hace falta una Greta Thunberg de la Formación Profesional, que exija propuestas de formación de calidad para los jóvenes»

Flechoso no solo habla de tasas a los robots, también describe un escenario en el que el 90% de los trabajos disponibles para humanos requerirán digitalización, y subraya la imperiosa necesidad de que los jóvenes, mujeres y hombres, se formen en carreras tecnológicas que les den competencias para el futuro: «El 60% de los empleos en 2030 hoy aún no existen», adelanta Flechoso y añade una reinvindicación: «Hace falta una Greta Thunberg de la Formación Profesional, que exija propuestas de formación de calidad para los jóvenes, y dirigidas a los nuevos trabajos tecnológicos, que tendrán oferta y buenos salarios».

Los primeros pasos hacia la cotización de los robots

La Administración, a través del Pacto de Toledo, trabaja en los primeros borradores, que serán históricos, de leyes que afectaran a los robots como mano de obra; expertos y sindicatos han comenzado a contemplar posibles escenarios sobre los que trabajar para ese próximo escenario, y la UE ha hecho las primeras recomendaciones, como la que incluye la Propuesta de Resolución del Parlamento Europeo a la Comisión en cuanto a normas de Derecho Civil sobre robótica. Una de ellas propone “estudiar la posibilidad de someter a impuesto el trabajo ejecutado por robots o exigir un gravamen por el uso y mantenimiento de cada robot”. E incluso la posibilidad de “introducir una renta básica mínima” para los humanos, todos.

Flechoso destaca un dato importantísimo: «Si hay menos humanos trabajando, los ingresos impositivos podrían reducirse hasta un 30%, algo que haría insostenibles las pensiones». Así, es ahora el momento de ponerse a debatir como gestionar los ingresos públicos que generen los robots.

La plataforma Cibercotizante pone sobre la mesa distinta propuestas, desde la más básica, implantar una tasa para la compra de un robot, una especie de IVA tecnológico, hasta considerar que el robot  cotice por la misma cuantía que un trabajador; que se le grave, vía impuesto, sobre la extra-productividad o bien, elevar el tipo nominal del impuesto de sociedades.

La propuesta de que los robots contribuyan con impuesto al estado de bienestar tiene a Bill Gates entre sus seguidores. En Málaga, se debatirán las bases para que el primer robot ya en activo pague impuestos.

Este debate será el centro de la conversación entre José Joaquín Flechoso y Lorena Sánchez, redactora jefa de Quo, que tendrá lugar este viernes 19 de noviembre a las 18.00h en el centro de cultura contemporánea de la Diputación de Málaga, La Térmica, dentro de las jornadas de TecnoCiencia FuturON.

El título de la mesa es ‘Robots como humanos y humanos como máquinas’. Se planteará un análisis sobre la robotización y el empleo además de proponer y analizar nuevos modelos económicos “robotizados” que ayuden a sostener la protección social, las pensiones o la educación pública, sistemas que caracterizan el estado del bienestar.