La participación de los murciélagos en la reproducción de las plantas es especialmente importante entre los árboles frutales.

Según los resultados de un tipo de experimento en el que se van retirando especies de un ecosistema, una a una, para ver qué papel tiene cada cual, la producción de frutos se hundió cuando apartaron a estos animales de las plantas: descendió un 83 por ciento. Algunas dependen exclusivamente de ellos y, específicamente, de unas pocas variedades. El agave, la materia prima de la que procede el tequila, desaparecería si no fuera por dos especies. Este cactus solo abre las hojas de noche, cuando desprende un olor a fruta podrida que abre el apetito de estos dos murciélagos. Solo ellos, que se distinguen por tener una nariz alargada, acuden a la fétida llamada.

Redacción QUO